sábado, 25 de mayo de 2013

¡¡Sí, es necesario un segundo a bordo!!

SEGURIDAD

Repito:

¡¡Sí, es necesario un segundo a bordo!!

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Después de lo complicado que resulta, que un montón de piezas, ordenadas y ensambladas, vuelen y además, de forma segura, aparece alguien que, se responsabiliza, de mantener el orden y la seguridad, mientras todos estos tornillos, chapas y demás, se encuentren en sus manos, el piloto.

Tendrá que tener un título y su licencia en vigor, además de las habilitaciones, correspondientes y reglamentarias, de acuerdo con las bases que establece el Anexo 1 del Convenio de Chicago, para la actividad del personal aeronáutico, con la regulación para la obtención de las licencias que permiten ejercer un trabajo específico en el ámbito aeronáutico. Además de cumplir, actualmente con las JAR que correspondan.

Entiéndase como eslabón muy importante, después de la construcción de una aeronave, la parte operacional, última, en la cadena de seguridad, totalmente, en manos de la tripulación.

¿Qué un piloto solo, puede hacerlo todo? Claro que sí, pero en aviación, la redundancia de observaciones, conocimientos, opiniones, etc., es Seguridad.

El entrenamiento del piloto, en Titulación (conocimiento y comprensión de todas las materias que incluye), en Habilitación (aeronave y complementos anexos a ella), Misión específica o especialidad (HEMS, Agroforestal, Fotogrametría, Aeronaval, etc.). Todo ello forma al piloto, y condiciona su actitud en cabina, en cualquier situación, bien en vuelo placentero o en una emergencia, la reacción y la respuesta será siempre condicionada por su educación a través de los conocimientos y experiencia.

Tiene, periódicamente, cursos de refresco, en simulador y en vuelo real, es un continuo curtirse.

Volar o mejor, llevar un avión, lo hace cualquiera, es muy simple, pero pilotar y responsabilizarse de la seguridad, solo lo puede hacer un piloto, que es el único que tomará la decisión más apropiada a cada situación del vuelo, sobretodo en condiciones complicadas o de emergencia.

En aviación, si es importante, saber lo que hay que hacer, igual o más importante es, saber lo que no hay que hacer.

Todos hemos llevado a algún, no tripulante, en cabina, también, posiblemente, todos, hemos tenido un susto por este motivo, dejando aparte, que hay unos mandos en los pies, que seguramente serán presionados en cualquier, inoportuno, momento, una palanca entre las piernas, a la altura de las rodillas, que seguramente recibirá un toque de estas y desequilibrará la estabilidad lateral, y no hablemos de los helicópteros, que además, tienen una palanca, en el lado izquierdo del asiento, donde seguramente será muy cómodo poner la mano izquierda cuando nos cansemos de llevarla colgando del brazo. No hablemos de cuando en un estacionario, por imposibilidad de posarse en el suelo, alguien, al subir o bajar, se sienta en esta palanca, ¿para qué continuar? Dejemos, para no cansar, la cantidad de botoncitos, interruptorcitos, fusiblitos, etc. de itos, que pueden cambiarse de posición en un inapreciable movimiento, por alguien, que no está hecho, ni para el habitáculo, ni para la responsabilidad que encierra el angosto lugar.

Ah, se me había olvidado, ¿Qué quieren quitar los segundos pilotos en los HEMS (Helicópteros de Emergencias Medicas Sanitarias)? No me lo puedo creer, que les van a impartir, a los que ayudan a los médicos, un cursillo, para que auxilien a los pilotos, ¿auxilien en qué?

Creo que es una broma, en las actuaciones en incendios forestales, también dicen que van a quitar los segundos pilotos, esperemos, que no los sustituyan por algún sucedáneo, (gulas por angulas) tal vez se inventen un genérico, o …tal vez, nada, en ocasiones, es mejor ir solo. Nadie toca lo que no debe y así no se distrae la atención.

Pensando en todo lo anterior, no entiendo que un piloto, no pueda ir de segundo en un helicóptero de incendios, porque no tiene habilitación de tipo o lo que es lo mismo, que oficialmente conoce al modelo de aeronave y todos sus procedimientos, podríamos decir que está aprendiendo a actuar en los incendios y no a pilotar una determinada aeronave, pero sí, van de operador, que no sé, ni que significa y además no puede anotarse nada como tripulante de unos vuelos en los que ha estado, no se los puede apuntar, ni como tripulante, ¿es que el comandante, no le deja tocar el palo, ni un solo momento? ¿Tal vez, si no toca el palo, no acumula experiencia?, todo puede ser.

Posiblemente y digo posiblemente, para dejar espacio a cualquier excepción, cualquier piloto, de los que van a ir de “operador”, lo primero que hace, es hacerse con un Manual de Vuelo o una copia de él, e inmediatamente, intenta aprendérselo de memoria, como debe ser, luego, en los tiempos de espera en la base, se sentará en la cabina y ensayará una vez tras otra, el chequeo de cabina, procedimientos de arranque, etc., para qué seguir más, se hará con el piloto, la Inspección pre Vuelo y mucho más.

Digo yo ¿A eso, se le puede llamar experiencia o solo vale como experiencia, si se ha pagado una Habilitación de Tipo?

Busquen de una vez, un apellido para estas horas de vuelo que son reales, ah y ahorremos donde se puede ahorrar y no en Seguridad.

Hacen falta segundos pilotos, aunque sea para que mañana tengamos pilotos muy preparados para coger el relevo de los de hoy.

¿No tendrá nada que ver con eso, lo que se aprende en los cursos de negocio? Vamos, tal vez por aquello de “ahorrar en costos” Porque, insisto, estamos hablando de SEGURIDAD y no de otros asuntos.

Por esta razón me reafirmo.

¡¡Hace falta un segundo!!

Pero uno que cuando le mires y aún sin mirarle,

ya sepa lo que quieres.

Esto no se consigue más que llevando un Título de Piloto en el bolsillo.

¿Hay algún organismo, que sea capaz de ordenar este incipiente desbarajuste? Porque por sí solo, tiene un horizonte muy oscuro.

A ver si así, somos capaces de volver a la aviación que empiezo a añorar.

Hasta lueguito …el aviador

lunes, 13 de mayo de 2013

NOSTALGIA

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Cuando aprendimos a volar, recibimos una ración de disciplina que nos ayudó para afrontar un mundo duro, el temple era una parte muy importante de la formación y tú Jaime, fuiste el responsable en nuestra particular fragua. No fuiste profesor directo mío, sin embargo, siempre he tenido presente tu enseñanza, tu conducta, ha sido un ejemplo a seguir en el camino.

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En este vuelo tuyo, estaba deseando estar ahí y ahí estuve, bajé por la ladera Norte, tirando con fuerza de los sandows, saliste, subiste y yo con mis ilusiones también ascendí. Incluso sentí el frío que allá arriba, se debía sentir.

Aun hoy, te veo, recibiéndonos en la Escuela. Espero que cuando haga mi último vuelo, me encuentre contigo y junto a todos los que me han precedido, podamos contemplar las hermosas tormentas que acaecían en las noches de Somosierra, que con la luz de sus rayos, convertían, en estremecedor día. (Probablemente, preludio y reflejo, de algunos, futuros e impensados vuelos)

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Jaime Tauler Gelabert

En esta escuela y bajo el amparo de la Señora de Loreto y con tu ayuda, aprendimos a ser Aviadores.

“Haciendo equilibrios, con el airecillo de cara, sentado, amarrado al asiento, en la cabeza, el casco o chichonera, con la palanca en la mano, aguantando, con las alas niveladas, a la “guitarra”, que así la llaman por la cantidad de cables que tiene. Era toda una proeza, mantenerse estable, mientras tanto, el vello de punta o la carne de gallina, como se prefiera, los olores se mezclaban con todo lo que no se olvidaría jamás, incluidas las boñigas de las vacas que sembraban todo el campo.

Así pasaban los días, tenían asignaturas muy interesante, talleres y también, la disciplina.”

*Fragmento de “A bordo de un Almendro”

Ignacio Ribas