lunes, 25 de noviembre de 2013

PLAN DE VUELO (Coast Line) - (002)

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Entre algunos pilotos, existe una ancestral y muy difundida costumbre de hacer alarde de no pegarle al motor, de no castigarle, aunque, esto no es una realidad práctica, son muchas y variadas las ocasiones en que un piloto hace uso y abuso de las posibilidades de su motor, sobre todo cuando se trabaja en situaciones críticas, hoy y ahora no es uno de estos momentos, precisamente en un viaje es donde efectivamente puedes llevar un régimen de potencia muy relajado, pero si se pueden ahorrar unos minutos de vuelo por encima del agua, se justifica un crucero fuerte.

¿Por qué esta manía de hacer demostraciones y en el momento más inoportuno?, encima del mar bastante aumenta el tiempo en nuestra mente, para incrementarlo aún más frenando el ímpetu de nuestra máquina.

Me extrañan sus gestos y me resisto a entenderlos, tienen más inspiración humana que aeronáutica.

Sí, no cabe duda, tiene dificultades, parece ser que su motor no funciona con regularidad y a juzgar por su rostro debe ser algo grave.

Si por lo menos cada avión tuviera un equipo de radio, podríamos comunicarnos, sabría qué le pasa exactamente, parece que no ha habido tiempo ni deseos de comprar e instalar los equipos en todos los aviones que vayan a hacer los vuelos, dicen que, con que lo lleve instalado el que vaya al cargo de la formación ya es bastante, podríamos decir que es un pensamiento muy optimista, nadie ha pensado o no ha querido pensar, en que si este avión sufre una avería, los demás se quedan incomunicados con el resto del mundo.

Mi mano derecha se dirige hacia el selector de frecuencias, lo hace girar hasta seleccionar la de emergencia aeronáutica, ahí está, en la ventanilla del equipo puedo ver los dígitos 121.5. Los ojos intentan penetrar más allá de lo que tienen posibilidad de ver. Aunque solo fuera avistar un barco, estamos sobrevolando el banco de pesca canario-sahariano y algún buque habrá.

No puedo, de momento, dar una alarma en firme, pero tampoco puedo dejar de hacer que alguien esté pendiente de nosotros, así que voy a hacer una llamada de prueba de frecuencia.

-¿Por qué una prueba?. Diles lo que sucede, si es una falsa alarma no pasa nada, pero ¿y si es real o acaso tienes miedo al ridículo ante los demás?-.

-¡No me importa lo que digan los demás, pero no cuesta nada hacer una prueba ... bueno, la verdad es que sí me importa, luego dirán ....!-.

Aunque mi miedo real es que después de la llamada siga el silencio como respuesta, la incertidumbre de si habrá o no respuesta es mejor que la certeza de que estamos solos.

-¡Haz la prueba y no lo pienses más, el tiempo es vital para Javier!-.

-¡Formación Oscar ... a cualquier estación ... para prueba de frecuencia...!-

Una corta pero eterna espera, nada; así hasta cinco llamadas y por respuesta el atronador silencio del éter en los auriculares. Olvido las llamadas tontas y en vista del éxito, hago una llamada de socorro en firme, aunque sé que es absurdo, si nadie contestó antes, aunque fuera para simplemente decirme que abandonara la frecuencia, por mucho empeño que ponga, ¿qué nueva razón puede haber para que ahora contesten?. Ninguna, no me equivocaba y así sucede, no hay respuesta.

-¡Quizás debido a nuestra poca altura actual, mil quinientos pies, no podemos ser recibidos por nadie, aunque no existe obstáculo alguno entre nosotros y las estaciones que hay en la zona, ni tan siquiera el obstáculo de la curvatura terrestre!-.

-¡También puede suceder que las emisoras que llevamos instaladas sean una mierda!-.

El motivo que sea, no puede ya variar la situación actual en la que estamos abocados.

Por si acaso y en la misma frecuencia, maldije en todos los idiomas conocidos, incluido el arameo, a los que debían estar y no están. Aunque bien analizado, el problema real y básico, no proviene de unas emisoras o de sus responsables, sino del motor de un avión y como consecuencia de su fallo, aparecen los emboscados. Fallos que no habrían aparecido, de no haberse roto este eslabón que cubría y amparaba una posible torpeza; la actual situación es fiel ejemplo para definir a aquellos que siempre han aparentado su buen servicio, pero a la sombra del buen funcionamiento de otros.

Es la primera vez que volando, siento pesar la soledad con toda su intensidad. Si es hermoso volar serenamente solo, es porque aquí arriba no llegan las bajezas que encierra la tierra, ellas quedan atrás con los forjadores de malestar, ahora es doloroso sentir que no hay nadie a nuestro alrededor, no para ayudarnos, esto es del todo imposible desde el suelo, nadie puede ayudar a un piloto cuando este libra su particular batalla, existen infinidad de ayudas, pero son para cuando todo va bien. Un claro ejemplo es el piloto automático, comodidad y descanso para el piloto, pero cuando la turbulencia es excesiva y los zarandeos acentúan nuestro cansancio, se desconecta para evitar posibles averías. En realidad a lo único que se puede aspirar, es, a un sentido de compañerismo de la gente del suelo a un acto de solidarización, compartiendo nuestras vicisitudes y saber que en un momento dado, podrán mandar a alguien a buscarnos. Siempre, la ayuda llegará, pero cuando ya estemos en el suelo o en el peor de los casos en el agua.

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Tres borrosas siluetas se vislumbran entre la bruma, son pesqueros, a unas dos millas frente al morro de mi avión, a juzgar por las torretas, parecen arrastreros, estarán faenando, si Javier puede aguantar tres minutos más, el riesgo de desaparecer en las aguas del Atlántico será ya casi nulo, las olas se estrellan contra las proas de los buques, la espuma que salta por las amuras es una clara indicación de cómo está la superficie de la mar, abajo las crestas de las olas son cizalladas por el viento del Norte, será una triste jugarreta de la vida si no alcanza a los pesqueros, con estas condiciones del agua y la escasa visibilidad, aunque yo pueda avisar, no le encontrarán.

ahora vuelvo

domingo, 24 de noviembre de 2013

AVIACIÓN AGROFORESTAL – 008

 

20 01 01 02

Información meteorológica sobre las condiciones operativas de las aerobases principal y auxiliares y en la zona de incendios forestales

 

 

 

En algunas bases y pistas utilizadas para los servicios aéreos contra incendios forestales, están instaladas estaciones meteorológicas. Algunas de ellas, emiten automáticamente la información a una central.

Las bases reciben puntualmente información meteorológica de diferente naturaleza, bien de una información de datos elementales, básicos, simples o bien de los datos que servirán o sirven, después de una valoración, para calibrar el riesgo de incendio forestal del día.

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El piloto que está en la base tiene acceso a esta información; en algunas otras, esta se pasa a la tripulación de la aeronave, directamente, a diario.

Aunque en caso de encontrarse en una base donde no se disponga de estos datos, se deberá echar mano de los medios que se tengan; la velocidad del viento, en principio para saber si la aeronave puede estar operativa, se puede ver aproximadamente en la grímpola o catavientos, también la dirección, en cuanto a la temperatura, es lo más simple, todas las aeronaves disponen de un termómetro de temperatura ambiente. Si por la mañana se pone el altímetro a cero, tendremos una idea de si en el transcurso del día, sube o baja la presión y esto ayudado de lo que veamos en la TV ya es todo un lujo de información.

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Conocimiento de peligro meteorológico de incendios forestales

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Existen una serie de informes de diferente tipo sobre el peligro meteorológico de las distintas zonas. Hay muchos formatos. Aunque, siempre se calcula el riesgo del día en base a la regla del 30, más de 30º C de temperatura, más de 30 km/h de viento, menos del 30% de humedad, pero no nos equivoquemos, el peligro de incendio empieza cuando alguien saca una cerilla o un mechero, si esto no sucede, no hay fuego, excepto, claro está, si aparece un rayo. Pero esta es otra historia, como la de Carlos III.

El chispazo meteorológico es el rayo y este aparece cuando y donde quiere, que es normalmente, en la zona más inopinada e inaccesible, sobretodo aparece este fenómeno en las tormentas, con grandes formaciones de cumulonimbus y se agrava cuando son secas.

Los avisos, en estos casos, normalmente aparecen cuando ya ha pasado la tormenta, pues las torres de vigilancia, cuando hay mucha actividad eléctrica en la atmósfera, cierran sus transmisiones por seguridad. Algunas veces se recibe el aviso vía teléfono, del mismo encargado de la torre o de algún vecino que lo ha visto.

Aunque lo normal es recibir el aviso y salir al aire, no estaría de más, que en las bases, se recibiera un análisis meteorológico y este se pasara a una carta “Skew-T”, sería bueno saber, cuál va a ser la temperatura convectiva del día, cuál la base y tope de nubes, donde estará la isoterma cero, con lo cual, se tendría con antelación, el desarrollo de la atmósfera durante el día o por lo menos, se podría hacer un seguimiento de constatación de que se va confirmando la previsión, en lo concerniente al riesgo de tormentas en la zona y se llegaría a tener una base de datos estadísticos, realmente importante. Pero mientras esto no llegue, nosotros continuaremos trabajando con lo que tengamos, que es, lo que hay.

De todas formas, tampoco incide en mucho, el hecho de conocer el peligro meteorológico de incendio, en lo tocante a la actuación, la actividad empezará cuando ya existe el fuego y no hacen falta magos para saber que hay un incendio, con peligro o sin peligro meteorológico. En todo caso, la previsión de “riesgo”, “no riesgo”, “stand by”, solo servirá a posteriori, para los % y los estudios estadísticos como he dicho antes.

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20 01 01 04

Ambiente en el que desarrolla el incendio forestal.

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Antes de entrar en el desarrollo de un incendio forestal, hay que saber cómo se inicia y ahí entra el famoso Triángulo del Fuego, “Oxigeno, Combustible y Calor”, aunque el calor es un concepto muy ambiguo, lo correcto sería designarlo como Temperatura, pero es la palabra Calor lo que se utiliza para entendernos.

Estos tres elementos pueden reunirse en un momento y en un lugar dado, y tendremos un fuego si es controlado y un incendio si es descontrolado. Es muy fácil reunir a estos tres elementos, el oxígeno está en la atmósfera y el combustible, en las zonas forestales, está en el suelo y ya solo falta el calor o alta temperatura en forma de rayo, accidente, negligencia humana u homicida intención.

El ambiente en el que desarrolla un incendio forestal, engloba dos aspectos muy diferenciados pero, como se ha visto, estrechamente unidos, el atmosférico y el terreno.

En la parte atmosférica, se encuentra, temperatura, humedad y viento y aplicando la “ley de los 30” tenemos el ambiente atmosférico ideal para el desarrollo de un incendio forestal.

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En cuanto al terreno, influye el tipo de vegetación (combustible), el estado en que se encuentra y la orografía. La vegetación puede estar viva, dentro de ella hay varios grados de combustibilidad. Muerta procedente de talas, podas, clareos, etc. y que se ha dejado amontonada o esparcida por la zona.

El tipo de vegetación puede estar estratificada a diferentes alturas por edad o por diversos tipos de vegetación (pastos, matorral, arbustos, árboles), favoreciendo la propagación del fuego. Los restos muertos forman auténticas invitaciones a la propagación; si además a todo ello unimos una superficie plagada de laderas ya tenemos un buen ambiente para el desarrollo del fuego, en este caso incendio forestal.

La densidad y cantidad de vegetación, como puede imaginarse, son elementos importantes en la propagación de un incendio. También la estratificación es muy importante, una estratificación continuada, puede conducir el fuego desde el pasto al matorral y de este, como si de una escalera se tratara, peldaño a peldaño, hasta las copas.

Como se puede observar todo ello forma parte de un ambiente propicio para el desarrollo de un incendio forestal.

Ya hemos visto algo de meteo, pero, lo más importante, es que se cuiden las zonas forestales y ahí es donde se empieza a perder la batalla, pensemos, hace falta hacerlo muy en serio, por si acaso nadie se ha dado cuenta, el verano está a la vuelta de la esquina, no vayamos después a llorar como plañideras y buscando quien cargue con la vergüenza de nuestras desidias.

hasta la próxima en que hablaremos de Procedimientos Operacionales, el aviador

miércoles, 20 de noviembre de 2013

UN ÁTOMO DE LAS HISTORIAS - 17

Thomas Selfridge

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17-sept-1908

Graduado en la Academia Militar de Estados Unidos. Era uno de los pilotos entrenados para pilotar dirigibles militares. Fue el Secretario de la Aerial Experiment Association y colaboró en la fabricación del Red Wings. A pesar de no tener título para volar aviones, fue el primer militar estadounidense, en volar en solitario.

Formaba parte de una comisión aeronáutica encargada de valorar el aparato de los Wright para el Ejército Americano. En Fort Myer, se iba a someter a prueba al avión que Orville iba a pilotar, se trataba de demostrar que el avión podía con dos personas, con un peso mínimo total de 160 kg.

Selfridge se acomodó al lado de Orville, iban sin cinturón de seguridad, en aquella época no lo utilizaba ningún piloto en el mundo.

Orville estuvo volando a unos 50 m del suelo. Se sintieron dos porrazos en el aparato y este empezó a temblar, el avión giró a la derecha, el piloto desconectó el motor e intentó controlar el avión, los mandos de balanceo y de dirección no funcionaban, Orville recordaba estos momentos como de impotencia, aunque siguió intentando dominar a la máquina, de pronto el aparato viró a izquierda fue imposible controlar el vuelo, dando bandazos el avión enfiló hacia el suelo, cayendo casi vertical, una gran polvareda lo cubrió por completo.

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Thomas Selfridge, pasó por este hecho a formar parte de la historia de la aviación, como la primera persona muerta en accidente aéreo. Realmente, se le puede considerar como el primero en morir, en un accidente aéreo con avión motorizado, no olvidemos que Otto Lilienthal, también murió por un accidente con un aerodino. Orville, con graves daños en la cadera y en su pierna izquierda, después de seis semanas en una silla de ruedas consiguió de nuevo volver a andar y algo más importante volar, aunque tuvo problemas el resto de su vida.

es necesario que haya sacrificios y por desgracia, Otto tenía razón, aparecerán más adelante algunos medios de… ¿seguridad?

miércoles, 13 de noviembre de 2013

PLAN DE VUELO (Coast Line) - 001

Estoy limpiando los espejos donde me miré, donde en ocasiones quise reflejarme y en otras deseaba no haberme siquiera vislumbrado.

He estado demasiado tiempo, sin dar un paso adelante, he continuado con mis memorias y desmemorias aeronáuticas, “a bordo de mi almendro”. Ahora vuelvo a hacer un alto, porque la verdad, hay muchas ocasiones en que no sé cómo decir lo no decible, pero en fin, mientras pienso, voy a continuar un poco más con el blog.

Hace cuarenta años, sucedía lo que relato, su evocación será fiel reflejo de una realidad, si acaso mi memoria no empieza a fallar, que no lo hará, tampoco juzguemos a la ligera, el vuelo encima del agua se mide por tiempo-angustia y no por distancia (Hablamos de monomotores, velocidad de 150 km/hora y por supuesto sin el maravilloso GPS, ni satélites que indiquen donde hay una nube traidora))

Aunque, pudiera ser que esto no ocurriera nunca y tal vez, son elucubraciones, basadas en las historias de la Historia, imaginaciones, posiblemente, pudiera no ser ni esto, ¿qué más da?

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PLAN DE VUELO (001)

(Coast Line)

No son buenos los honores si vienen de quien no comprende nuestros ideales y solo encumbra resultados materiales.

Cada profesional elige su sitio, los pilotos tienen uno en la cabina de cada avión, saber o no saber estar en él, es cosa aparte.

A todos los que supieron cual era su lugar y supieron estar en él, dedico esta ácrona crónica, que quiere dar fe, de bien estar y honrar una profesión.

                                                                                                                                          I.R.S.

A veinte millas de la costa, frente a Cabo Juby y sin tener a la vista tierra alguna, se nos presenta el problema más grave que podía presentarse en una travesía sobre el agua en unos aviones monomotor.

Nuestra altitud actual es de 2.800 pies, estamos inmersos en otro mundo a pesar del martilleo de los 235 caballos del motor, nos encontramos en un universo de silencio, una oscuridad fantasmal, que nos proporcionan las nubes que pueblan todo lo que tenemos a la vista, hilachos desgajados de ellas, brumas, cavernas y mezclas de tonalidades grises conforman la bóveda que nos oculta el cielo. Perfecto decorado para una película de misterio, no obstante, a mí se me antoja un maravilloso escenario para librar la batalla contra los elementos hostiles que no nos abandonarán, a juzgar por las numerosas cortinas de agua, que dispersas por doquier, no dejan de acribillar con sus gotas nuestros parabrisas.

Siento en lo más profundo de mis sentidos el silencio, que se acentúa más al oír en los auriculares, el silencio de las ondas enmudecidas, porque, ¿quién va a sentir hoy los más mínimos deseos de comunicarse con nadie?. Probablemente yo, si no fuera porque estoy totalmente absorbido por el hechizo de este momento, que requiere de mí, toda la atención de un general ante una batalla, en la que empeña algo más que su vida, su propia estimación, aquí no me juzga nadie, yo soy mi más rudo y justo juez; conozco al ser visceral, al razonable, al crítico y al tolerante, las conclusiones que se extraigan de todos ellos, serán las que dicten mis actuaciones, buenas o malas, más o menos afortunadas, pero al fin, en completo acuerdo conmigo, porque solo yo, sé el intrincado enramado de mis pensamientos.

Como consecuencia, de los actos, que de estas decisiones se deriven, se puede hacer creer a los demás, lo que uno se proponga o por lo menos, se les puede dejar con tantas dudas, que para evitarse una ensalada mental, preferirán creer a pies juntillas lo que se les diga.

De acuerdo, pero a una persona no la podremos engañar nunca y esta persona es con la que más tiempo convivimos y siempre su simple presencia es para nosotros una velada sospecha de culpabilidad, tolerada a regañadientes, en ocasiones es simplemente una acusación formal, nadie hasta ahora, ha podido librarse de sí mismo.

Debes reconocer, que tu felicidad de luchador, en este momento, debe tambalearse o por lo menos, verse empañada, porque no estás solo y tus decisiones afectarán al tripulante del avión que llevas a tu cola, no puedes evadirte de esta realidad, tus decisiones están condicionadas por algo ajeno a ti mismo.

Las bases de los siete octavos de nubes que cubren el cielo están a nuestra misma altitud, hilachos de ellas son despedazados por la hélice, para inmediatamente, sin apenas tiempo de apreciarlo con los ojos, ser engullidos por los aviones, miro para atrás y a mi derecha, diez metros por debajo y tapándose casi con mi cola, está Javier, su avión se balancea suavemente, mecido por la ligera turbulencia de la que son portadores estos núcleos tormentosos en decadencia.

El avión de mi compañero se va quedando algo rezagado, reduzco la potencia del motor, sigue manteniéndose la distancia, cada vez lo veo más bajo, disminuyo algo más el régimen del motor, levanto el morro, aminorando aún más la velocidad, Bajo un punto de flap, consigo situarme a su misma altura, veo su morro alcanzándome por el costado derecho y cuando tengo su cabina a la altura de la mía, le hago señas para que aumente su velocidad y altura.

Continuará y averiguaremos qué es lo que sucedió 

 

viernes, 8 de noviembre de 2013

AVIACIÓN AGROFORESTAL - 007

Código

Concepto

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II

20 METEOROLOGÍA APLICADA    

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Meteorología Aplicada

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20 00 01 01

Fisiopatías de origen atmosférico

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Biometeorología

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20 01 01 00

Información meteorológica sobre las condiciones operativas

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20 01 01 01

Información meteorológica sobre las condiciones operativas de la pista y de las zonas de tratamientos

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20 01 01 02

Información meteorológica sobre las condiciones operativas de las aerobases principal y auxiliares y en las zonas de incendios forestales

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20 01 01 03

Conocimiento de peligro meteorológico de incendios forestales

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Ambiente en el que se desarrolla el incendio forestal

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I_Cueto_ VILLAR DE ACERO-T1_27-8-08-001 (2)

 

20 00 01 01

Fisiopatías de origen atmosférico

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Una fisiopatía de origen genuinamente atmosférico, puede ser, una humedad persistente que provoque la aparición de hongos en la vegetación, también una persistente sequía, calor o frío.

También son achacables a dos causas, una de ellas, ajena por completo al hombre, bien, por lo menos, no directamente, aunque casi siempre interviene la mano humana, excepto en algo natural como una erupción volcánica, que debido a sus gases mezclados en la atmósfera con el aire, pueden producir precipitaciones de agua contaminante y provocar fisiopatías, por supuesto de origen atmosférico, porque vendrán de la mano de un aire contaminado o de una nube que ha absorbido estos contaminantes y produce lluvias que provocarán daños en la vegetación (por ejemplo, lluvias ácidas).

Pero independiente de esta parte, que podemos considerar por completo ajena al hombre, existen las emanaciones contaminantes de industrias, que sí proceden de la mano del hombre, aunque sea “indirectamente”.

Y luego nos encontramos, lo que sí forma parte directa de nuestro proceder negligente, como pueden ser los tratamientos de plagas con productos que aunque sea en forma de vapor de agua, contaminarán la atmósfera que nos rodea y el viento o una temperatura convectiva adecuada, puede hacer que se trasladen a una nube, que luego descargará en el lugar más insospechado, provocando en el mejor de los casos, enfermedades y en el peor, la muerte de la vegetación, incluso la transmisión de toxinas al ser humano a través de animales que han comido la vegetación afectada o por ingestión directa del ser humano, léase “Cadena Trófica”.

Tenemos otro tipo de contaminación producida por actuaciones de las aeronaves en el seno de las nubes, como puede ser la modificación atmosférica, lo normal para deshacer el granizo en los cumulonimbus, es la utilización de Ioduro de Plata (IAg), aunque, parece ser que, hay países donde se utiliza Ioduro de Plomo (Ipb), con lo cual cuando viene la precipitación de la nube, toda la vegetación que recibe esta agua, pasa a estar contaminada y por tanto transmitirá esta contaminación a todos los seres animales que coman o beban en su ámbito de contaminación.

Claro que esto no sería una fisiopatía y realmente no lo es, pero sí es un ejemplo de que nosotros podemos producir alguna enfermedad por sembrar productos que pueden ser dañinos para otra especie de la que nosotros estamos tratando, (herbicidas por ejemplo), cuando estos productos se mezclen con el aire y este lo vaya diseminando por la atmósfera y depositando en otras zonas, limítrofes o lejanas, se podrá decir que acabamos de sembrar el germen que puede provocar una fisiopatía, no será la atmósfera digamos meteorológica la que lo provoque, pero sí será el vehículo de transmisión.

 

20 00 01 02

Biometeorología

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Remitirse a: 20 01 01 03 Conocimiento de peligro meteorológico de incendios forestales

La biometeorología, es el estudio y organización de la vida de un meteoro, como estamos hablando de aviación agroforestal, en la única parcela, donde encontraremos aplicación a este apartado es en la formación de nubes por evaporación de agua generado por el calor en un incendio forestal. Por tanto, tenemos un vapor de agua que asciende hasta convertirse en una nube de un color gris oscuro con tonos rojizos, nube que puede alcanzar los 8.000 ó 9.000 metros de altura, es del tipo de los cúmulos, realmente es un cumulonimbus, pero, dado que proviene de un incendioi se le clasifica como pirocúmulo. Esta nube, normalmente descarga grandes tormentas, en ocasiones sobre el mismo fuego que la ha provocado, extinguiéndolo, esto se puede observar mucho en la sabana y selva africana.

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También tenemos el cumulonimbus normal que genera un potencial eléctrico descomunal, causante en muchas ocasiones de los incendios forestales, baste saber que un cumulonimbus con mucho desarrollo, puede tener entre rayos y relámpagos una frecuencia de 3 a 4 por segundo. Estos fenómenos pueden observarse en España, sobretodo en la Sierra de Segura y en Somosierra.

Por supuesto que la vida de un meteoro va a influir en la agricultura y en lo forestal, se hará patente en cualquier vegetal en forma de enfermedades producidas por frío, humedad o simplemente sequía.

Y por supuesto, influirá en todas las actividades aéreas, para bien y para mal.

 

20 01 01 01

Información meteorológica sobre las condiciones operativas de la pista y de las zonas de tratamiento

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Lo ideal sería disponer de una información que como mínimo dé la dirección y velocidad del viento en la pista y como de tratamientos aéreos se trata, también sería de desear, disponer de los datos en la zona de aplicación.

No es precisamente la dirección y velocidad del viento, ni las condiciones meteorológicas restantes que puedan influir en el vuelo las que vayan a llamarnos la atención en este apartado. Siempre serán las condiciones para la aplicación del tratamiento las que van a primar sobre las del vuelo, cuyos límites de operación siempre estarán por encima de los otros. La fuerza de un viento que provoque la deriva a la que está sujeto cualquier producto siempre tendrá un valor que no influirá para nada al comportamiento de la aeronave en el vuelo en sí, tanto por viento como por temperatura convectiva, que son los únicos elementos meteorológicos que pueden influir en la buena cobertura del producto aplicado, independiente de las situaciones nubosas con amenaza de lluvia o nieblas. Aunque se puede dar el caso de que pueda aplicarse abono de cobertura lloviendo, pero esto contando con una buena pista que no esté resbaladiza, sería posiblemente la única ocasión en que se volaría en una situación atmosférica anómala para el vuelo a baja cota.

Puede darse el caso de que, la zona de tratamiento esté en buenas condiciones para efectuar la aplicación, pero la pista de donde se va a partir esté fuera de los parámetros seguros para las operaciones de vuelo, también puede suceder lo contrario. En el primer caso es recomendable no actuar por seguridad y en el segundo por la chapuza que representaría hacer un trabajo sin la debida calidad en primer lugar y en segundo por los posibles problemas que pudieran presentarse por contaminaciones a terceros.

De todas formas, es muy difícil encontrar información meteorológica en una pista agroforestal, en la teoría de las publicaciones está contemplado en las recomendaciones de velocidad de viento para cada producto (dependiendo de tamaño de gota, densidad, etc.), pero la realidad es que en la práctica, todo es un poco de otra forma, en algunos tratamientos agroforestales sí que se puede ver a alguien del equipo con un anemómetro, viendo la velocidad del aire para ver si está dentro de la posibilidad de actuación. También con un termómetro e higrómetro en las aplicaciones de herbicidas, para ver si los parámetros son los adecuados para el tratamiento.

Resumiendo, información meteorológica en una pista agrícola, es muy difícil conseguirla, solo la que sea capaz de calibrar el piloto aplicando su experiencia y sentido común. En honor a la verdad, también hay que decir que, algunas empresas dedicadas a aplicaciones agrícolas aéreas, incluyen en el equipo de trabajo un anemómetro, pero son los menos.

No obstante, nunca se efectuará una aplicación aérea, con producto alguno, sea el que sea, si se observa que las condiciones meteorológicas en la zona de tratamiento, pueden provocar daños a terceros e incluso no garantizar el resultado del tratamiento.

Otro día más, también intentaré hablaros de la Modificación Atmosférica, que existe, pero esto será,,, otro día, el aviador