jueves, 27 de agosto de 2015

Una figura, ¿ficticia o real?

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Esta experiencia hay que vivirla desde fuera

Dicen y es verdad, que los pilotos de helicóptero, que vuelan en el asiento del copiloto, si no tienen la habilitación de tipo, no pueden apuntarse las horas de vuelo, entonces, me pregunto, ¿qué hacen ahí?. ¿Cubren acaso, algún requisito, sin apellido?

El señor sentado en el asiento de la izquierda, creo que es llamado “Operador”, “Traductor” o ¿quién sabe?. Posiblemente, también, sin apellido.

Dicen que, está a la vista o por lo menos, vislumbrándose, la próxima falta de pilotos dedicados a la extinción de incendios forestales. Los que dicen, ¿están equivocados o acertados?

El Piloto de Trabajos Aéreos, además de desempeñar el trabajo de un piloto, debe especializarse en trabajos, en los que incidirá, en su quehacer y que a su vez, influirán en él.

Hay que barajar y gestionar muchos factores en situación dinámica y con el tiempo limitado para plantear la ecuación, en cada segundo podemos cambiar de factores.

Los accidentes en aviación, en un alto porcentaje, son imputables al piloto, evidentemente los pilotos no son perfectos, pero tampoco lo son estas personas y elementos que se mueven o están situados alrededor de una aeronave y participan de su operación, también estos dispositivos, de una forma pasiva o activa aportan parte del riesgo a esta ecuación, que por supuesto, asume y gestiona como único responsable el piloto.

Volar o no volar, en ocasiones es fácil determinarlo, situaciones atmosféricas muy adversas, averías graves, etc., sin embargo, en otros momentos, no es tan fácil. Cuando el ambiente hostil, es creado por el hombre, cables camuflados, antenas, obstáculos alrededor de las bases, etc., por otro lado, cosas tan simples como el lugar de trabajo, horario, lugar de descanso, la actitud de los compañeros, de estos que forman parte de la ecuación, de los que aportan parte del riesgo, la actitud de los jefes y jefecillos, todos estos elementos, solos o combinados entre sí, pueden llevar al piloto a dejar de lado su buen juicio y criterio y afectar a sus decisiones, rozando los límites

Seguridad, palabra clave en toda faceta de la aviación y esta, también es, siempre, en afortunado o desafortunado nivel de gestión, potestad del piloto.

Hoy tenemos una aviación con un mayor control, todo está más legalizado, articulado, teorizado, escolarizado, pero no nos engañemos, la gente sigue cayendo porque los pilotos no se hacen ni se especializan con cursos o cursillos, es bueno saber de qué se trata y conocer lo más posible del trabajo que se espera realizar, pero esto solo se aprende definitivamente volando.

En muchas ocasiones se encontrarán “profesores y expertos” que explicarán lo que no saben, hay que aprender a distinguirlos, porque no olvidemos que, quien mejor protege al piloto, es él mismo.

La prevención de accidentes requiere una actitud positiva en forma de cambio de mentalidad, se debe llegar al convencimiento de que el piloto consciente y técnico no es menos capaz que el de antaño, donde casi todo se sostenía en su instinto y habilidad manual. Pero tampoco olvidemos que aquellos pilotos fueron los que trajeron al día de hoy las mejoras que tenemos, que no existirían de no haber habido aquellos otros, que a su vez, fueron, los que aguantaron, todos los experimentos que han traído, las depuradas técnicas, de las que se disfruta hoy. Decía el hombre más sabio del mundo que “ un teórico y práctico es lo ideal, pero ante un teórico y un práctico, me quedo con el práctico”, al fin y al cabo, es la base, donde se empieza a desarrollar la teoría.

También es más o menos real que el factor aleatorio, tiene cierta importancia en operaciones como las que tratamos. No obstante, es posible poder desarrollar ciertas reglas y procedimientos generales, que bien aplicados, pueden reducir en gran parte los riesgos inherentes a estas tareas.

Un buen piloto puede, a través de su habilidad, la que da la experiencia, evitar un accidente, que seguramente habría ocurrido a otro con menos conocimientos.

Hace años, un aspirante a piloto agrícola, se presentó a examen para la habilitación. Se trataba de un piloto muy viejo que llevaba años desempeñando la profesión y quería regularizar su situación. Durante las pruebas prácticas hacía los virajes de procedimiento muy amplios. Al hacerle una observación sobre ello los examinadores, dijo:

¿Cómo creen ustedes que he seguido vivo todos estos años?, simplemente trabajando así. Al final lo único que tengo que hacer es repostar unos pocos más de litros de combustible en cada campaña, pero siempre las termino sano y salvo pese a mis años y mi técnica conservadora. A mí, no me interesa lucirme, sino cumplir lo mejor que puedo con mis clientes a los que trabajo hace años. Por eso conservo mi avión lo mejor que puedo y si un trabajo es demasiado para mi capacidad, directamente lo rechazo. Lo único que quiero es obtener mi habilitación para no tener que andar escondiéndome de las autoridades como ustedes. Pueden estar seguros que con habilitación o sin ella, yo siempre sabré hasta donde llega mi capacidad”.

Las limitaciones del tiempo de vuelo, vienen dadas en base a limitar la fatiga o estrés del piloto. Aunque son muchas las causas que conducen a este estado, de momento, el tiempo de vuelo, es el caballo de batalla, que se utiliza, para paliar algo el problema, que como veremos, no es solo uno.

La fatiga está motivada por, causas tanto psicológicas como físicas: 1) tensión nerviosa; 2) ruidos; 3) iluminación; 4) duración de la tarea; 5) monotonía; 6) riesgos de accidentes; 7) condiciones atmosféricas y 8) excesos físicos.

No es necesario abundar en el asunto para ver con diáfana claridad, que esto, es aplicable a muchos seres humanos, trabajadores o no, pero al piloto de trabajos aéreos en particular, sí le es aplicable íntegramente. En este trabajo, en concreto, encontramos además, incidencia en Peligrosidad, Penosidad, Toxicidad y en muchos casos Alejamiento de familia, todo ello incrementa sin duda, el estado de fatiga física y psíquica.

Cuando se anda en la frontera, entre control o descontrol de una situación, se entra en la zona de riesgo o peligro, este estado implica, una actitud de vigilancia extrema o simplemente latente, mientras permanezca activa la situación. Incluso en ocasiones, permanece, aún fuera de la actividad de peligro, convirtiéndose en un estado permanente de vigilia y ansiedad.

Hay un apartado que es un gran generador de una alerta latente en el piloto, en las bases de trabajos de emergencias, se crea un estado de vigilia permanente, por mucho que se aparente un estado de relajación. Solamente por el sentido de responsabilidad directa, se crea en el piloto, un estado de tensión, incrementado por la incertidumbre del lugar (escenario) de su próxima actuación y los posibles problemas que puedan presentarse. En una labor donde no puede hacerse una planificación, entra la incertidumbre de un montón de preguntas sin respuesta y esto es fatiga.

También encontramos, grandes dosis de fatiga en el sorpresivo y brusco cambio de escenario, pasando del estado de relajación a un torbellino, de estresantes sin razones en cuestión de minutos.

En ocasiones, hay actuaciones, que incluso, son buenas, si las consideramos, como un nivel de entrenamiento, incluso, ayudarán a pasar las horas de guardia, un poco distraídas, pero en otras ocasiones, son un choque casi traumático, por lo complicado de la misión. Pero siempre, una misión, en su principio, sea buena o mala, tiene una carga de incertidumbre, que incrementa la fatiga.

Hay una incidencia, al amparo de la fatiga y es que se presenta, un nefasto factor secundario, una ansiedad, que incide directamente, en la vigilancia y atención, por tanto, como consecuencia negativa, ante emergencias y responsabilidades.

No se trata de luchar contra estas situaciones, están ahí, hay pilotos, que se amoldan a ellas y las superan, otros no lo consiguen, algunos prefieren ignorarlas y en fin, habrá para todo, pero, lo que sí es una realidad, es que a unos les influirá más o menos, pero esto es algo real y para paliar en algo este estado de fatiga (más o menos intensa en cada individuo) se elaboró una norma que regula la actuación de todos por igual, La Circular Operativa 16-B. y su Anexo 1

Otro motivo muy importante que no está en manual alguno de seguridad aérea, las prisas, que se dan al piloto, en algunas bases de incendios, para efectuar el despegue,. Nunca debe salirse al aire con prisas, lo diga quien lo diga. A partir del momento en que se recibe el aviso de salida, el Comandante es quien decide y no debe dejarse influir por nada, ni por nadie, sus actuaciones, por supuesto, están basadas en conocimientos y experiencia, sus decisiones, serán su derecho y responsabilidad y así deberá asumirlo.

La responsabilidad, engloba un paquete de circunstancias, que no se pueden obviar. La responsabilidad del vuelo, va más allá del “schock to schock time”, comprende todo el tiempo, durante el cual, el piloto, tiene que estar pendiente de todo lo inherente al mismo, durante el que va adquiriendo la responsabilidad, tanto de preparación del vuelo, supervisión de carga, supervisión de embarque, comprobaciones y chequeo. Este tiempo, no de vuelo, pero sí de servicio, es incuestionable que genera fatiga en el piloto.

Daniel Mauriño, Coordinador del Programa de Seguridad de Vuelo y Factores Humanos de la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI), dijo:

Un exceso de normativa y poco armonizada

¿Puede llevar al error?

Es posible, que encontremos, quienes se esconden, detrás de los riesgos añadidos, pensaremos y buscaremos, aunque tal vez somos nosotros mismos quienes propiciamos estas situaciones….., veremos

… O tal vez, la inseguridad viene o empieza en los despachos, demasiado llenos de autocomplacientes ingeniosos ingenieros de las finanzas y también, poco críticos, con sus maravillosas ideas, de un futuro rosa.

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Y se aprende aunque no lleves el palo

Pero siempre que estés ahí

“La manera de sacar partido, cuando uno está en el aire, de las irregularidades del viento no se aprende más que estando allí”.

Otto Lilienthal

Toda una lección magistral de lo que es un aviador

Móntense en un aerodino y luego, opinen lo que quieran, si es que se atreven, porque lo que es ahora, les veo poco emparentados con la realidad. ¿Normas?, claro que sí, pero con conocimiento.

¿Se ha dado alguien cuenta, de que estas horas, no apuntables, es donde, verdaderamente, se sostiene la experiencia?.

Nadie podrá enseñar lo que se adquiere en la cabina de un avión, por muchos reglamentos, cursos, cursillos, habilitaciones, etc., que se obtengan.

Aunque, este señor que va sentado al lado del piloto, no tenga una habilitación de tipo, las horas que hace en cabina, le van nutriendo de experiencia en la especialidad de piloto agroforestal, no olvidemos, que es piloto, entonces me pregunto yo, ¿Por qué, aunque no se haya gastado, X miles de euros, en una habilitación de tipo, no se le deja anotar, estas horas de vuelo, en su Diario de a bordo?, no deja de ser una gran experiencia, independiente de la aeronave que esté volando. Él, toque o no toque el palo, ve, mira, observa, analiza, etc. Como un piloto, está recopilando diferentes situaciones, que quién sabe, pueden salvar, mañana a este mismo, que hoy, no le permite anotar las horas en su Cartilla de Vuelo.

Después de todo lo dicho, creo, que la especialización, sin lugar a dudas, está en lo que acabamos de ver, si es que, somos capaces de ver o si queremos ver.

Pónganle de una vez, un apellido a estas horas de vuelo, son la esencia del bien hacer.

Déjense de estrictos y teóricos reglamentos, que están encorsetando de forma negativa a la aviación y en vez de poner los pies en el suelo, pongan el culo en una aeronave.

luego, atrévanse a dictar normas, tal vez, sean distintas a las de hoy

…El aviador

martes, 11 de agosto de 2015

Estos ....s Incendios y los engendros que los engendran

Hace veintitrés años, que desde Valencia de Alcántara, estando con mi querido e inolvidable retén “Bellota Uno”, te escribí mis primeras cartas, dirigidas solo a ti “Hola pirómano”, más adelante te las volví a escribir, por si no las habías recibido, esta vez desde Córdoba y hoy lamentablemente, siguen teniendo vigencia, porque un malnacido, sigue con la chispa en la mano.

Tienes todavía la oportunidad de darte cuenta, de que lo que haces, no tiene sentido, esperamos que tu buen criterio se imponga, no obstante, yo te sigo recordando, lo que no debes olvidar.

Porque tristemente, sigue siendo actualidad….

Ahí están

Los únicos

Lo demás no existe

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La Soledad del guerrero

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EL enemigo

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VEN A VOLAR CONMIGO

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A los que apagan los fuegos, les conocemos, porque dan la cara, a los ........ como tú, no los podemos conocer más que en contadas ocasiones, por esta razón, te escribo y te pido que aceptes esta invitación mía, que no dudo, también te harían otros compañeros míos, alguno me consta que ya te la ha hecho.

¡¡ven a volar conmigo!!.

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Te llevaré en la cabina, sentado a mi lado y te dejaré participar de las tareas que allí nos ocupan, como si de un copiloto se tratara. Es precioso y relajante contemplar allá abajo los árboles que aún quedan, pero cuando nos acerquemos al incendio, sentirás que la tensión se adueña de tu cuerpo, pensarás en cuál será el lugar idóneo para dejar al retén que llevas a bordo, sí, a estos seres que confían en ti para que les dejes justo donde está el peligro, a ti dejaré esta decisión.

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En la aproximación al suelo, espero que distingas los cables de alta tensión o cualquier otro, te será difícil, busca primero los postes de donde parten y luego, con esta referencia intenta verlos, en ocasiones tendrás que adivinarlos, en otras tal vez no veas los postes,....

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¿sabes?, algunos ecologistas tienen la idea de que el verde es el único color ecológico y no rompe el entorno natural, por esta razón, pintan los postes y las torretas de este color o marrones.... sí, tienes razón,.... más de campo que una amapola.... claro que sus manchas rojizas rompen las masas verdosas del paisaje,.... sí, las margaritas, las hojas de los álamos,...

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pero esta es otra historia; si después de dejarte las pestañas buscando este cable agazapado no lo ves, no te preocupes demasiado, seguramente lo tendremos detrás del humo este que no nos deja ver.

Una vez cerca del fuego, te pediré que extremes tu atención cuando vayamos a dejar a la brigada, el calor será muy fuerte, la turbulencia también y las pavesas nos envolverán, pero puedes estar tranquilo, posiblemente no veas el fuego, porque el humo te lo impedirá y no sentirás tu pequeñez ante una inmensa pared de llamas, esto quedará para los hombres que han ido hasta este momento con nosotros en este placentero vuelo, el aterrizaje será exclusivo para ti, te prometo que no será uno más, será otro, completamente distinto de los anteriores, las condiciones del terreno son nuevas en cada ocasión, el tronco que no se ve, la inclinación del suelo, la vegetación que nos rodea y la escasa visibilidad, harán que sea totalmente nuevo, pero no te preocupes, tan solo el simple roce de un arbusto en el lugar no deseado del helicóptero o la piedra que se ha movido debajo de los esquíes, puede ser la línea que nos separe de la tragedia, como te he dicho, esto no debe preocuparte, porque allí estaré yo u otros como yo, que no deseamos que esto suceda.

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Dejaremos a los hombres y mujeres y nos elevaremos de nuevo, buscaremos un lugar donde aprovisionarnos de agua, una vez localizado, descenderemos cerca de él, engancharemos el Bambi, helibalde o como queramos llamar a esta bolsa para trasladar el agua, en la parte inferior del helicóptero y levantándonos de nuevo, empezaremos la labor de lanzarla en el incendio, una vez resueltos los pequeños problemas de coger el agua,

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como por ejemplo, que el Bambi no se enganche en las raíces que pueda haber en el fondo del río, charca o lo que sea y que las rocas estén suficientemente alejadas para no quedar preso en ellas, después de resueltos estos pequeñísimos problemas, pasaremos como podamos por encima de las copas de los árboles que casi siempre rodean los lugares donde está el agua, verás y sentirás el placer de llevar un péndulo debajo del helicóptero y que te transmite a los mandos sus más mínimos movimientos, en ocaciones, la aeronave se hace casi ingobernable,

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después del llenado, cuando perdamos el efecto sustentador que produce el colchón de aire de nuestro rotor, posiblemente nos hundiremos algo, algunos han llegado a irse al agua, pero no te preocupes, yo no pienso ir al agua ni al suelo, claro que, los que ya se fueron al suelo, pensaban lo mismo que yo, ah, se me olvidaba, al Bambi también le llaman <<Mata Hombres>>, te diré ¿por qué sudas tanto?, no te remuevas en el asiento, nos movemos más por ti que por el dichoso artilugio que llevamos colgando debajo, en la anterior pasada hemos ido un poco altos y el agua no ha hecho todo el efecto que era de desear,

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vamos a bajar y a ajustarnos un poco más a estos cables que tenemos enfrente, así lograremos entrar lo suficientemente bajos como para que nuestra descarga sea lo efectiva que se espera, no te preocupes, sé cual es la longitud de los cables que sujetan el helibalde y si puedo controlar este maldito vaivén y el calor y la turbulencia que produce el incendio no nos hunde, te aseguro que no nos engancharemos en la línea.

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Ya no te entretendré mucho más, cuando hayamos recogido a estos hombres sudorosos, de ojos enrojecidos, tiznados y medio ahogados por el humo y el esfuerzo,

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te daré un paseo por encima del suelo calcinado y veremos el resultado de la obra de otros como tú, evaluaremos los daños para hacer un frío informe que resumirá en pocas líneas que una zona arbolada que tenía equis años, qué más dá, se ha destruido completamente o si quieres parcialmente, tampoco importa, lo que sí importa es que lo que se ha destruido ha sido una labor de la naturaleza, empezada tal vez, antes de que naciéramos todos nosotros y que va a influir en nuestro futuro y en el de nuestros descendientes,

por desgracia a lo peor tú tienes descendencia, tal vez a lo mejor, porque ya sabes aquello de la rebeldía de los hijos que todos hemos sido, cuéntale si llegas a conocerlo lo que hiciste, tal vez se ría contigo, si es así, dímelo para darle también un paseo a él, claro que también puede suceder que se avergüence de ti, pero esto no te preocupe, tal vez encuentre una buena madre que le esconda quién es su padre, el problema para ti, solo será, que siempre te quedará la duda de si fué un hijo tuyo aquel compañero mío que murió apagando tu incendio particular o el de alguien como tú.

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Para que puedas relajarte un poco, te distraeré enseñándote alguna de las cosas que atañen a la labor de pilotar un helicóptero, verás la cantidad de parametros a tener en cuenta para mantener a esta inestable máquina en el aire, te enseñaré a salir de una profunda garganta y de entre altos árboles, cargado y con un calor que hace estallar los sentidos, verás el placer que sientes cuando has sido capaz de mantener la temperatura de una turbina al límite máximo permitido una y otra vez y no te ha estallado y sobre todo cuando compruebes que tu atención ha estado dividida entre lo que sucede en el exterior, lo que indican tus instrumentos, lo que dicen las voces de tus auriculares, lo que indican otras personas, etc., ... y sin embargo has sido capaz de coordinarlo todo para hacer efectiva tu labor y poder seguir contemplando lo bonito que es el mundo que te rodea a pesar de que en él haya gente como tú.

PARA ESTO NO TENGO FOTOS

LAS IMÁGENES SOLO ESTÁN EN EL CORAZÓN DE LOS SERES HUMANOS

Cuando lleguemos a la base te invitaré a que veas como limpian las negras y ocres manchas que ha dejado la sangre, de apenas veintiún años, procedente de una mano destrozada por la explosión de una bomba de agua mientras el chaval intentaba sofocar vuestro incendio, supongo que ya te habrás dado cuenta de que esto es una guerra y se lucha como se hace en ella. Te hablaré de este último año y te diré... ¿qué te sucede? veo que las náuseas están aflorando a tu cara, con esto ya termino, como te decía, cinco helicópteros caidos, con nueve víctimas mortales, ... todavía recuerdo la cantidad de puzzles que hacía Rafael cuando estuvimos juntos en los buques de pesca allá por el Índico, ya no volverá a hacer ninguno para sus cuatro hijos, diez Hombres-Muchachos, aprovechando el verano para entrar en la familia un poco más de seguridad económica, en un trabajo que es, no solo honrado y abnegado, sino además, peligroso y penoso en extremo, fueron atrapados, ahogados y calcinados por las caprichosas llamas de tu gracioso incendio, si tenemos tiempo, te hablaré de como quedaron sus familias.

Una vez hayamos terminado el vuelo, procuraré que los hombres de la brigada contra incendios no se enteren de quien realmente eres, porque no podría, y me temo que ni querría, pararles si intentasen tomarse la justicia por su mano; finalizado todo, te llevaré al juzgado y te acusaré de homicidio.

hasta….., supongo que , depende… Ignacio “el aviador

viernes, 7 de agosto de 2015

AVIACIÓN AGROFORESTAL – 016

30 03 00 00

Equipos externos (solo helicópteros)

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EXTINCIÓN DE INCENDIOS FORESTALES

LANZAMIENTO DE AGUA

(HELICÓPTERO)

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Hoy me he enterado del  incendio de la Sierra de Gata, muchos recuerdos y duros, tengo presente a mi querido retén "Bellota - 1", estoy con todos los que luchan contra los incendios, pero hoy vais a permitir que me unas especialmente a los de Bellota-1

 

 

 

Aunque en algunas Comunidades Autónomas existen unas costumbres distintas, en lo concerniente a la carga de agua en piscinas privadas o públicas, es conveniente que para realizarlas, estas hayan sido desalojadas de personal y de mobiliario tal como mesas, sillas, sombrillas, toallas y cualquier objeto que pueda volar por el impulso del viento producido por el rotor y que pueda provocar daños.

30 03 01 05 Operación de carga X

Aunque en algunas Comunidades Autónomas existen unas costumbres distintas, en lo concerniente a la carga de agua en piscinas privadas o públicas, es conveniente que para realizarlas, estas hayan sido desalojadas de personal y de mobiliario tal como mesas, sillas, sombrillas, toallas y cualquier objeto que pueda volar por el impulso del viento producido por el rotor y que pueda provocar daños.

Si hace falta permiso, se recabará este a través de los conductos normales (Guardia Civil, Alcaldes, Protección Civil, Guardas Forestales, Jefes de Extinción, Técnicos de Coordinación, etc.).

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Reconocimiento de la zona

-de Carga

Al llegar por primera vez a un punto de carga de agua, aunque en él se encuentre otro helicóptero o haya habido otro helicóptero cargando con anterioridad, efectuar un reconocimiento de la zona, como medida de seguridad, antes de proceder a situarse para la carga.

-de Trayectoria

En la primera aproximación a un Punto de Agua, aunque haya habido otros helicópteros utilizando el punto e incluso aunque en aquel momento, delante de nosotros, esté otro helicóptero aproximándose para efectuar la carga, siempre hay que efectuar una aproximación de reconocimiento como medida de seguridad, tanto de la trayectoria de entrada al Punto, como la de salida que se piensa seguir una vez cargados. Vigilar posibles árboles, cualquier tipo de vegetación, cables, postes, edificaciones, antenas, etc.

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a) de Entrada

La trayectoria de entrada siempre será más cómoda debido a la falta de peso, aunque no por ello falta de dificultad, debido a la dirección y velocidad de los vientos, influencia de obstáculos, en fin de todos los elementos que influyen en el vuelo normal, teniendo en cuenta la agravante de llevar un artilugio colgando.

b) de Salida

Las mismas precauciones que para la trayectoria de entrada, aunque con una gran diferencia, nuestro peso habrá aumentado y nuestra potencia seguramente irá menguada en la reserva utilizable, agravándose el problema, porque con toda seguridad, tendremos que subir, en el mejor de los casos, tendremos una trayectoria horizontal si el agua se extiende por delante de la aeronave y hay espacio suficiente para mantener un vuelo nivelado que nos pueda permitir ganar velocidad sin incrementar la potencia.

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· Acercamiento al Agua

Efectuar una aproximación establecida con anterioridad, no se debe improvisar, debe ser la que se haya juzgado idónea para las condiciones del lugar, meteorológicas, de la aeronave y también las de la tripulación.

Tener en cuenta que la aproximación al agua, terminará siempre en estacionario con el Bambi a un par de metros del agua.

Desde esta posición, haremos un reconocimiento del lugar donde vamos a introducir el Helibalde, observando posibles raíces, ramas de árboles sumergidos, edificaciones debajo del agua, grandes piedras, todo ello puede aprisionar al Bambi con los consiguientes problemas. También nos haremos cargo de una buena referencia que nos sirva en lo sucesivo durante la maniobra de descenso y llenado para evitar posibles desplazamientos no deseados.

ATENCIÓN. A los tipos de agua.

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-Agua Oscura

Desde el aire se ve completamente negra, sin reflejos que puedan dar una altura real sobre la superficie. Suele darse esta apariencia en pequeños pantanos situados entre arboleda alta. Es tal la oscuridad que suelen pasar desapercibidos a los ojos del piloto, incluso los cables que puedan cruzar la superficie. Mucha atención a los postes de tendido eléctrico, telefónico o de cualquier tipo que pueda sostener un cable, antes de acercarse al agua, debemos estar seguros de que no cruzan por la zona elegida para efectuar la carga de agua. Acercarse con mucho cuidado, no habrá, una referencia exacta, de altura verdadera sobre la superficie. Siempre que el piloto tenga dificultad, para constatar su verdadera altura, con respecto al agua, lo ideal es coger una referencia con la orilla y ajustarse a ella.

-Agua Rizada

Es habitual en los pantanos en días de mucho viento, no habrá dificultad para acercarse con seguridad a la superficie. Mucha atención a la dirección del viento, si no se carga perfectamente aproado a la dirección de este, puede perderse el mando sobre el antipar al sacar el Helibalde del agua, que es, cuando se hace efectivo, el peso que lleva colgado el helicóptero.

-Agua Especular

Al igual que en el agua oscura, perderemos o mejor, no tendremos ninguna referencia de la altura sobre el agua, el problema es mucho más grave, se puede presentar incluso sensación de vértigo, pues se perderá la sensación de posición del helicóptero en el espacio. En este caso debe buscarse, también, una referencia cerca de la orilla o en ella misma y hacia ella dirigirse. En caso de duda, mantener la altura hasta que el aire producido por el rotor llegue a la superficie y la haga visible, como medida de precaución no establecer un descenso continuado, acercarse bajo y bajar encima del agua escalonadamente, dando tiempo a que nuestro rebufo se haga presente en el agua y así evitar un posible choque con la superficie. No olvidar que el agua es más dura que el suelo.

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-Agua Corriente

Suele encontrarse en algunas zonas de los ríos, hay que evitar en lo posible la carga en estos lugares, indudablemente el helibalde será arrastrado en el sentido de la corriente y con él arrastrados los cables o varillas que lo sujetan a la parte inferior del helicóptero, con el consiguiente riesgo de engancharse en los esquíes y con un poco de descuido puede reliarse el mismo helibalde con los cables.

· Carga

-Entrada en el Agua

El helicóptero debe llevarse con suavidad a estacionario encima del agua y con el Bambi completamente parado, sin balanceo alguno, proceder a bajar, siempre con suavidad hasta sumergirlo y observar a través del espejo que se ha llenado perfectamente.

El Bambi se presta a hacer entradas rápidas en el agua, aunque es lo más insensato que puede hacerse, por prisas, por vicio en la última fase de la aproximación, o sea la llegada al agua, se puede caer en la tentación de hacer una frenada rápida que dejará al Bambi justo en el lugar adecuado y rozando la superficie, todo con mucha soltura, aunque si el piloto comete un error, puede encontrarse con el agua al cuello; por ejemplo, si el Bambi entra en el agua con velocidad traslacional, la frenada brusca, puede conduciros directamente con el morro al agua. Siempre hay que actuar sin prisas en lo tocante a la carga de agua.

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PELIGRO. Durante El llenado del Bambi, puede suceder que debido a nuestra vigilancia de la maniobra a través del espejo, se produzcan desplazamientos no deseados, debidos a sensaciones falsas producidas por el agua y la pérdida de referencias globales.

Si esto sucede, debemos activar la descarga del agua y situarnos nuevamente en el lugar de carga.

 

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-Salida del Agua

Si bien la entrada al agua es una maniobra de tener cuidado, no lo es menos la de sacar el helibalde del agua e iniciar el ascenso y alejamiento del lugar.

Sin prisa alguna, colocar el Bambi justo en la superficie del agua, justo hasta que se vea aparecer en la superficie y empieza a hacerse patente el peso, controlar perfectamente su posición exacta con respecto a los esquíes y hacer un poco de presión hacia arriba para no tener duda de que tenemos controlada esta posición, luego debe tomarse conciencia de los parámetros que nos presenta el helicóptero con respecto a nuestras posibilidades potenciales de iniciar el vuelo. Seguidamente con decisión presionar el colectivo hacia arriba hasta quedar en estacionario estabilizado y hacer el despegue con suavidad y sin pasar los límites de la aeronave.

Este es con seguridad el momento más crucial del vuelo contra incendios, es donde tendremos el más importante de los datos, de qué potencia disponemos para efectuar las sucesivas cargas y por supuesto, donde veremos nuestras posibilidades para continuar el despegue cargados, si se podrá sobrevolar este o aquel obstáculo en nuestra salida del agua.

Ante cualquier duda sobre las posibilidades de continuar o no, activar el mando de descarga y plantearse si hay que limitar la carga de agua del Bambi o buscar otro punto de agua.

-Desplazamientos

Cualquier corriente en el agua, puede desplazarnos, tan suavemente que puede pasar desapercibido a nuestros sentidos, haciendo peligroso el acto de cargar, los desplazamientos pueden aparecer en zonas donde aparentemente no hay corriente alguna, incluso encontrarse en el agua del mar, por ejemplo en un día de mar de fondo. Los remolinos en los ríos también son corrientes que pueden complicarnos la vida y que deben tenerse en cuenta.

a) Longitudinales

Las corrientes longitudinales, desplazarán al helibalde hacia el morro o la cola del helicóptero, produciendo a la salida del agua un penduleo nada agradable e incluso puede desequilibrar a la aeronave.

Cuando se prevea que puede haber una corriente de este tipo, debe constatarse a través del espejo, la exacta situación del Bambi con respecto a la verticalidad con el helicóptero y en la salida del agua, acompañar a esta corriente con el helicóptero para hacer la salida del Bambi lo más vertical posible. Especial atención debe ponerse a esta simple maniobra, pues nos puede hacer olvidar o distraernos de los posibles obstáculos que nos rodean en este momento, sobretodo de los que quedan por detrás del helicóptero.

b) Laterales

Los desplazamientos laterales, llevarán al helibalde hacia la zona de los esquís, produciendo a la salida del agua un balanceo lateral muy comprometedor dada la cercanía de la superficie. No obstante, la peor consecuencia se encuentra en la posibilidad de que los cables de sujeción del Bambi, se enreden en uno de los esquís, lo que puede producir el vuelco del helicóptero a la salida del agua al hacerse patente el peso del agua que se ha cargado.

Esta situación es muy peligrosa y se puede agravar si no hemos prestado atención al espejo y salimos rápido del agua sin haber constatado que todo estaba normal y correcto. Si se está pendiente de lo que refleja el espejo, advertiremos rápidamente que algo va mal.

c) Altura

Este desplazamiento vertical, es posiblemente, el único controlable por el piloto, ya que es debido a algo que controla directamente con los mandos de la aeronave, es una cuestión de dividir correctamente la atención al espejo, al entorno y a las indicaciones de los instrumentos.

Si no se presta verdadera atención se puede salir del agua con los pies mojados en el peor de los casos, no sería el primer piloto que pega con el agua en la barriga del helicóptero.

30 03 01 06 Actuaciones de emergencia X

En este tipo de actividad, no es anormal que se presenten situaciones de emergencia o por lo menos, situaciones comprometidas, que en ocasiones pueden desembocar en graves consecuencias y siempre en situaciones complicadas a resolver sobre la marcha, por esta razón, todo, hasta lo más imprevisible, debe estar previsto.

-Imposibilidad de Descargar el Agua

Puede darse la situación de que se active el gatillo de descarga y no actúe el sistema. Se debe intentar de nuevo y comprobar que efectivamente no actúa.

a) Se comprobarán los fusibles específicos del equipo eléctrico que controla el sistema de descarga.

b) A través del espejo observaremos para ver si el conector del helicóptero sigue ensamblado con el del Bambi.

c) Por el espejo observaremos que todos los cables de sujeción del Bambi están perfectamente libres y en su sitio, que ningún cable está enroscado en el cable que viene desde el sistema inercial y que pudiera evitar el libre movimiento de dicho cable.

Comprobado todo ello y si es imposible realizar la suelta del agua, se regresará a la base y se procederá a la revisión de todo el sistema hasta encontrar y subsanar la anomalía. Antes de regresar a la base, puede vaciarse el agua que contiene el helibalde, apoyándolo en el suelo y dejándolo volcar para que se pierda el agua.

NOTA. Nunca aterrizar y bajar para comprobar nada con el helicóptero en marcha. Tampoco bajar cerca de algún miembro del Retén o Brigada y decirle que mire o compruebe esto o aquello, se pierde menos tiempo marchando directamente a donde se encuentra el Técnico de Mantenimiento y es más seguro.

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Cables Enredados entre ellos

Puede darse la circunstancia de que los cables se enreden entre ellos, debido a varias razones, aunque la principal es que no se colocaron correctamente; los cables que sujetan el helibalde, forman dos grupos perfectamente definidos y tienen que estar perfectamente ensamblados. Al guardarlo o sacarlo de la bolsa, puede haberse dado una vuelta a la cabeza y al ponerlo en el gancho haber quedado un cable por dentro.

El motivo por el que ha sucedido, podrá verse con posterioridad para evitar en lo posible que vuelva a suceder, no obstante, lo inmediato es aterrizar desconectar el bambi, y colocarlo correctamente.

El perfecto estado y situación de los cables, se verá inmediatamente después del despegue, suponiendo que su mala colocación haya pasado desapercibida en el momento del enganche. Justo al levantarse del suelo, debe esperarse unos instantes en los que el Bambi quedará colgando y ahí es donde se aprecia cualquier anomalía. Nunca hay que tener más prisas de las necesarias en salir volando, ahorraremos tiempo y ganaremos en seguridad si observamos las mínimas normas.

Cables Enredados en los esquís

Esto es algo que puede suceder mientras se está cargando agua, bien porque hay corriente y se lleva al helibalde hacia un lado y atrás del helicóptero, pasando uno de los cables a la parte exterior del esquí, puede suceder que al sacar el balde del agua, el helicóptero se vaya hacia atrás y coja un cable con la punta trasera del esquí.

Cuando esto suceda, si acaso no nos percatamos de nuestra situación, cuando el Bambi deje el agua, acusaremos una fuerza casi incontrolable de caída del helicóptero hacia el lado donde está el cable enganchado, inmediatamente de que esto suceda, activar el sistema de descarga del agua, nunca lanzar el equipo,

podría agravarse el problema, al quedar todo colgando de un lateral, si no hemos podido deshacernos del agua, nos trasladaremos a la orilla evitando sacar el helibalde del agua, para evitar que se haga patente el peso y procuraremos que apoyando el Bambi en el suelo, este se vacíe, luego volaremos con lentitud (esta velocidad nos la marcará la misma controlabilidad del Helicóptero).

Es muy difícil liberar el cable desde la cabina en vuelo, así que, hay que ir al punto más cercano donde haya alguien que este habituado a trabajar con el equipo (instalarlo o desinstalarlo), si estamos cerca de la base El Técnico de Mantenimiento, será la persona indicada.

NOTA. Nunca aterrizar con el Bambi en estas condiciones, podemos averiarlo, podemos dañar el esquí y algo mucho más importante, con la cabeza que va sujeta al gancho, podemos perforar la parte baja del helicóptero, ya que es muy posible que no controlemos la posición de la cabeza y esta quede vertical. La medida de una cabeza de soporte es aproximadamente 24 pulgadas (610 mm), siempre hay que entrar al suelo, deslizando un poco hacia atrás o hacia delante para que la cabeza no entre vertical. Se mantendrá el estacionario hasta que el personal de tierra libere el cable del esquí.

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-Enganche del Helibalde en el fondo del agua

Este es uno de los grandes y graves problemas, bien, grave porque es muy posible que tengamos que soltar el equipo y quede el Bambi en el fondo.

ATENCIÓN al enganche del Bambi en el fondo, la sensación es parecida a la de quedarse sin hidráulico, asegurarse de que no es un fallo de hidráulico para evitar tomar una resolución que podría agravar el problema.

Caso de que esto suceda, debemos quedar tranquilos, lo más grave que puede suceder es que perdamos el Bambi, pero si se cae en la desesperación, pueden complicarse las cosas:

-Recordemos exactamente qué hemos hecho.

-Si hay corriente, en que dirección va.

-Si nos hemos desplazado con el Bambi sumergido.

-Si hemos mantenido la altura o donde la hemos variado.

Después de todo esto, intentar hacer marcha atrás en todo lo que podamos recordar, si no lo conseguimos en un espacio de tiempo corto, es un problema de calcular el tiempo a la base y comprobar el combustible que nos queda para seguir intentándolo. Una vez transcurrido este tiempo, sin dudar deshacerse del equipo y volver a la base, tomando referencias exactas de donde hemos soltado el equipo para poder rescatarlo.

-Excesivo bamboleo en el traslado

Si no se efectúan maniobras bruscas, es muy

difícil que el Bambi se bambolee, aunque en días de fuerte viento puede darse el caso.

En vuelo vacío apenas notaremos que llevamos un Helibalde colgando. Cargado ya es distinto, al primer síntoma de penduleo, debe cortarse para evitar una incontrolabilidad en el helicóptero, de todas formas, llevando un vuelo sin brusquedades, podemos llegar a olvidarnos de que llevamos nada colgando.

La forma de cortar el penduleo es muy simple, romper la inercia, lo ideal sería tirar hacia arriba, pero si vamos cargados, nuestras posibilidades son escasas casi siempre, podemos bajar la potencia y dejar caer el helicóptero, con lo cual cortaremos esta tendencia al balanceo al caer la carga, no prolongar esta maniobra más que lo justo para frenar la inercia del péndulo que llevamos debajo, recuperar después el vuelo estable con suavidad.

NOTA. Que esta tranquilidad, no nos haga olvidar nuestra obligación de consultar continuamente con el espejo el estado del artilugio que llevamos colgando y tenerlo en cuenta a la hora de

cruzar por encima de obstáculos (cables, árboles, edificaciones, antenas, etc.). También que las maniobras tienen que ser lo más suaves posible.

todavía quedan unas 200 pág. de Manual, paciencia, ...continuará, el aviador

martes, 4 de agosto de 2015

PLAN DE VUELO - (011) Coast Line

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Espero que Dios me eche una mano, cada vez es más difícil confiar en las mías y todo se va ennegreciendo por momentos... la gasolina, tengo que trasvasar al depósito principal, no puedo descuidarme, luego pueden hacerme falta las dos manos y la bomba de trasvase que llevo instalada, funciona con motor de garbanzos o sea, a mano y trasvasa justo un pelín más de lo que se consume.

Mi rumbo es dos siete cero, completamente Oeste. Desde hace quince minutos, no he variado nada este curso y no ha aparecido ni un triste agujero o grieta para poder colarme al piso inferior, me siento como el que se encuentra atrapado en un edificio que está ardiendo por su parte baja, claro que, todavía puedo encontrar una escalera de emergencia que me sea útil.

...si mi posición era correcta... llevo adentrándome en el mar, unos sesenta kilómetros...podría intentarlo... pero y si están pegadas al agua... al salir de ellas, me voy a hundir en el océano... no sé qué es peor... piedra, seguro que no encuentro ninguna, seguiré buscando un poco más, luego lo intentaré, ahora, ...voy a disfrutar un poco más de este hermoso sol que lo ilumina todo, radiantemente ajeno a mi triste y complicado problema... aquí, gozando de este maravilloso día y dentro de poco o salto de alegría o me lleno de agua por fuera y por dentro.

Mirándolo fríamente, es de risa, pensar que tal vez, alguien ahí abajo, está maldiciendo el endemoniado tiempo que le han traído las nubes que le ocultan el cielo y yo, daría y quizás dé mi vida por intentar unirme a su problema, también, unos kilómetros más allá, alguien estará disfrutando de este mismo sol que tengo a la vista y a mí, por el hecho de encontrarme a una mínima distancia, con el problema de no saber hacia qué rumbo está la separación de esta pequeña distancia que marca la diferencia de su alegría y de mi zozobra y por haber tomado una errónea decisión, me lo van a cobrar muy caro, posiblemente esta haya sido mi última decisión.

Un claro ejemplo de que nada es bueno o malo, depende de la situación y del entorno. Alguien estará pasando frío o tal vez mojándose debajo de estas nubes, otro se estará asando al sol, los dos estarán en distintos lugares, pero maldiciendo el tiempo que les ha tocado soportar, yo aquí, quisiera pasar frío y ver llover, aunque me empapara, tampoco me importaría asarme al sol, pero en tierra, yo no maldigo al tiempo, solo a que, posiblemente estoy en el lugar equivocado, justo en el momento más inoportuno, dentro de unas horas, el problema para mí, posiblemente no existirá y yo... posiblemente, tampoco.

Abajo y frente a mí, entre las nubes, rasgando su monótona tonalidad de grises, una mancha negra... fuera gases, no lo pienso, un fuerte empujón de mi mano derecha a la palanca de mando, ...la mancha se pierde por detrás, imposible entrar por derecho, el avión se mete de lleno en la nube... avanzo la manecilla de los gases hasta llegar al tope de su recorrido, ligero tirón de la palanca y de nuevo para arriba, en la subida, enormes hilachos envuelven al avión y la luz del sol entra a borbotones, había penetrado bastante en la nube, miro para atrás y no veo nada, por delante, de nuevo el sol, subo vertiginosamente hasta colocarme de nuevo encima de la alfombra de nubes, efectúo un fuerte viraje hasta colocarme de nuevo con el sol a la espalda y de nuevo la grieta delante del morro, suerte que no se ha cerrado, otra intentona... esta vez no fallaré, me acerco muy bajo, cruzo pequeñas pompas de la nube, que sacuden al avión... de nuevo a mi alcance la puerta... pero ¿a dónde?.

Una extraña sensación recorre mi cuerpo, la rodilla izquierda empieza a temblar y se hace ingobernable, es la primera vez que me sucede al sentir lo contrario al miedo, pero... quizás no se equivoque ella y sí yo, tal vez... las nubes toquen el agua, suponiendo que lo de abajo sea la mar... el agujero está oscuro. Recuerdos infantiles aparecen en nuestra mente en los momentos más insospechados, como aquel pozo oscuro, al que gustaba de asomarme cuando chico y qué no diera yo, para que en este momento, llegara mi padre o mi madre, me agarrara del brazo, me apartara y riñera, aunque en la regañina se escapara algún cachete, lo sufriría a gusto, pero de lo que me espera en este pozo, no me puede librar ya nadie, porque es mi pozo particular, mi problema particular y mi estupidez particular el encontrarme ante él.

Setenta millas, no puedo disminuir más la velocidad, mi carga de gasolina es todavía de unos cuatrocientos kilos y la altura demasiada para darme seguridad una velocidad más baja, la turbulencia de la nube podría colocarme en una situación embarazosa si me falta mando, suelto el acelerador y paso mi mano al compensador de profundidad, le doy un poco hacia atrás, para encabritar algo el morro, luego, ya en la brecha por donde voy a penetrar, cuando reduzca la potencia, el morro adoptará una posición en la que conseguiré un descenso uniforme, sin necesidad de mantener con la palanca de mando el ángulo de bajada.

El agujero está al alcance del morro, reduzco un poco los gases, la calefacción al carburador está puesta desde la anterior intentona, no vaya a ser que se forme hielo y falle el motor, bajo un punto de flap para aumentar el ángulo de bajada sin aumentar el recorrido horizontal, por momentos no veo nada, se apodera de mí una sensación de vértigo que intenta dominarme, aunque más que vértigo, pudiera ser, que a partir de ahora no puedo dudar y que mis decisiones futuras las acabo de tomar y no hay marcha atrás, subo el flap y acelero el motor, vuelvo a reducir, tal vez ha sido un movimiento reflejo que necesitaba para saber que algo está vivo, un deseo de romper la monotonía en mis oídos, la palanca de mando golpetea ligeramente en mis dedos, la llevo completamente suelta para evitar cualquier presión en ella y forzar un movimiento en el avión, solo la llevo protegida para evitar un bandazo brusco producido por la turbulencia de la nube.

está claro que estoy aquí, …pero cómo sucedió… el aviador