martes, 11 de noviembre de 2014

PLAN DE VUELO - (010) Coast Line

Foto 01 coast 010

...las nubes pueblan el cielo, más que el cielo, la tierra y la mar, pues desde mi altura, dispongo de una diáfana luz que alumbra toda la bóveda celeste que me cubre, la masa nubosa está a mis pies, brillando, sus crestas en movimiento, cubriendo todo el litoral. Se adivina la línea de la costa porque, las células se desarrollan más, aparentando un acantilado en la confluencia del agua y la tierra. Mi vuelo es visual, estos crecientes castillos de vapor de agua, me sirven para saber que voy por la ruta correcta, consulto el contorno que abajo forman estos promontorios y coinciden con la línea de la costa que ofrece mi carta de navegación.

Los claros entre nubes hace ya algunos minutos que no aparecen por lugar alguno. Todo el océano y lo que alcanza mi vista tierra adentro, es una abrumadora alfombra de nubes, visto el mal cariz que va presentándose en la ruta, se está poniendo peor por momentos, no lo pienso más, abandono mi rumbo y decido apoyarme en la línea de la costa, generalmente, en esta zona y justo donde se junta la tierra con el agua, aparecen siempre algunos claros, cuando aparezca el primero bajaré de la luz a las sombras, que aun con menos claridad, siempre son mejores compañeras de viaje, pues no es niebla y lógicamente estarán a algunos metros del suelo.

Mi teoría de los agujeros, se va para las ilusiones perdidas, para el suelo, suelo que no veo... ni un agujero... las nubes empiezan a poblarse de castillos por doquier... la costa, ya no distingo su línea... allí, puede ser, no, no es... estoy perdiendo tiempo... atrás se veía hace poco... poco es mucho, he perdido la oportunidad... estoy perdiendo algo más que tiempo.

Quinientos kilómetros volando en estas condiciones, debo estar cerca de Ifni, a partir de ahora, es peligroso meterse debajo de las nubes sin ver el suelo y también lo es seguir por encima de ellas. Debajo, suponiendo que haya ido bien en la ruta, hay montañas, si me desvío hacia la izquierda encontraré la mar, pero, si me he metido muy a la derecha, tendré que volar bastante tiempo en dirección Oeste para estar seguro de que estoy encima del agua... ¿cuánto tiempo?, ni yo mismo lo sé, por lo menos soy consciente de que no lo sé exactamente y esto en aviación supone vagar por el cielo, medio minuto más o menos, es la diferencia entre el desastre o la simple anécdota que contarás el resto de tu vida, para dejar constancia de lo estúpido que fuiste en un momento dado... ¿o no lo contarás?.

Ya no estoy seguro de no haber metido la pata como un cadete, "Nunca hay que volar por encima de un mar de nubes con un avión monomotor", mucho menos, cuando no se dispone del más mínimo equipo de ayudas y todo se fía a las indicaciones de una triste brújula, que para empeorarlo, casi nunca es digna de crédito, pues por lo desacostumbrado de navegar en estos aviones, es el instrumento al que menos importancia se da.

Lo triste, es que llevo haciendo el indio, cerca de cuatro horas, fiado en la posibilidad de encontrar mejor tiempo a cada minuto de vuelo que va pasando.

En la cabina de un avión, no hay que dejar nada al azar, ni fiar en el cálculo de probabilidades y menos en un monomotor, ya sabemos la teoría del optimista de Murphy "si algo puede salir mal, saldrá mal", aquí no se hace una excepción, en un momento dado, se amontonarán las decisiones a tomar, el tiempo y las circunstancias negativas te agobiarán, esta es la razón que obliga a trabajar sin concederse tregua y con la máxima objetividad. Dejar algo al azar, sería como cortar uno de los hilos de que está compuesta la cuerda que sostiene nuestra vida y lo más malo del caso es, que ninguno de nosotros, sabe de cuántos hilos se compone la cuerda que le sujeta aquí.

Estoy atrapado o casi, en la trampa más tonta, si esto me lo dicen hace cuatro horas, me río del que lo dijera y ahora me asalta la idea... de reírme de mí mismo... o ¿tal vez de llorar?.

-Estoy viendo la cara de todos los que han confiado en mí y lo que van a pensar, cuando vean que les he fallado.

-Ya empezamos de nuevo, hasta ahora íbamos estando de acuerdo, pero, a ti qué puñeta te importa lo que vayan a pensar los demás, ellos no te van a sacar del atolladero, además, sabes muy bien, que poco les importa cómo transcurren tus vuelos.

No lo pienso más, el alternativo es mi posible defensa, de todas formas, ahora mismo, no sé exactamente cuál es mi posición, no me considero perdido, pero sí despistado y teniendo en cuenta las circunstancias, peligrosamente despistado. Sin dudar, pongo rumbo opuesto, al Aaiun.

Allí estará mi buen amigo Santiago González Guzmán, más conocido por Talo, un día descubrí que este apodo no era privativo del mundillo aeronáutico, pues ya en su tierra y de chaval, le llamaban así. En el parador, seguramente no habrá sitio, normalmente hay que reservar la plaza con por lo menos quince días de antelación y es muy probable que, por la hora de llegada... no podré volver a salir hacia Agadir... el sol... no se ve un pimiento... este resplandor que dan las nubes... no voy a ver el posible agujero que me saque de este atolladero, las nubes reflejan el sol con tal intensidad que hacen imposible mantener los ojos perfectamente abiertos y mucho menos ver lo que tengo debajo y al frente.

La cara me hierve, no sé si es un exceso de adrenalina que fluye a mi rostro, por mi propia vergüenza o el calor del sol. No sirve de nada mantener un rumbo que, aunque me conduce al alternativo, me quita la posibilidad de buscar la seguridad que me daría ir por debajo de este compacto mar de nubes, inmediatamente cambio mi rumbo, hacia lo que considero mar abierto, el panorama es desolador, las nubes están rabiosamente apretadas unas a otras, formando un solo e inexpugnable cuerpo, tan inexpugnable como la simple posibilidad de que entre algo de esperanza en mi mente.

A sufrir un poco más…..el aviador

viernes, 31 de octubre de 2014

RIESGOS AÑADIDOS

“SEGURIDAD”

palabra clave

Finalizada la campaña Contra Incendios

SONIA - DOS MÁS - FERNANDO

Que Dios les tenga en la Gloria con sus nuevas alas

image

Gracias Amigos

Por estos minutos de recogimiento

Sabemos que nos queréis mucho

y sentimos vuestro calor

Hay que exigir, que se ponga freno a algunas anormalidades, que deben estar ahí, que subyacen detrás de muchos accidentes, que los responsables de dictar normas de seguridad, recurran a informarse, de quienes están en la realidad o sea de quienes van a beneficiarse o a sufrir estas normas.

En un grupo a poco que se abunde, en las opiniones, de los pilotos, podrá observarse, que el fin primordial de la reunión será, efectivamente, la seguridad. De esta unión de criterios, surgirán una serie de conclusiones, que podrían resumirse en:

RIESGOS AÑADIDOS

Vamos a dedicar un poco de espacio a rozarlos…….

El piloto de Trabajos Aéreos, es alguien que además de desempeñar el trabajo de un piloto, debe estar especializado en trabajos en los que incidirá en su quehacer y que a su vez, influirán en él.

Las operaciones de la aviación agroforestal, son de por sí, potencialmente de riesgo. Sin embargo, existen fundamentos para afirmar, que tales operaciones, pueden realizarse en unas relativas condiciones de seguridad. A pesar de todo, los accidentes aéreos, se producen y se producirán.

Definir el riesgo, es algo muy simple, es estar en una situación comprometida, con un tanto por ciento de probabilidades de que suceda un evento.

El accidente, puede considerarse el resultado de estar en dicha situación. Luego seguirá la investigación del accidente, que se quedará en lo primario, “una mala maniobra del piloto”, “fallo mecánico”, “adversa situación meteorológica”. Sin embargo este accidente o incidente es el resultado de un acto y este desafortunado acto, es la consecuencia, de algo que subyace detrás de la mala maniobra. Es ahí donde hay que buscar, pero para esto habría que profundizar muchísimo y conocer todos estos pequeños o no tan pequeños riesgos añadidos.

Por este motivo, hay que recordar algunos de estos riesgos, estas pequeñeces, que conducen, a quienes desempeñan este trabajo, a situaciones de extremo peligro y que estamos a punto de perder de vista, por aquello de que “los árboles que vamos plantando, no nos dejan ver el bosque” o sea la rutina o habitualidad de un riesgo, en muchas ocasiones, asumido y lo que es peor, obviado.

Evitar este riesgo, es algo bastante complicado, hay que barajar y gestionar muchos factores en situación dinámica y con el tiempo limitado para plantear la ecuación, en cada segundo podemos cambiar de factores.

Los principales elementos a tener en cuenta para minimizar los riesgos, son básicamente dos, conocer los límites del piloto y los de la aeronave.

Me voy a limitar al primer elemento. Los pilotos no son clónicos, aún con la misma experiencia, no actuarán de igual forma ante la misma circunstancia. También algunos, son más competentes que otros, por tanto, sus niveles de riesgo serían también una variable a tener en cuenta al evaluar este factor de riesgo.

Los accidentes en aviación, en un alto porcentaje, son imputables al piloto, evidentemente los pilotos no son perfectos, pero tampoco lo son estas personas y elementos que se mueven o están situados alrededor de una aeronave y participan de su operación, también estos dispositivos, de una forma pasiva o activa aportan parte del riesgo a esta ecuación, que por supuesto, asume y gestiona como único responsable el piloto.

Volar o no volar, en ocasiones es fácil determinarlo, situaciones atmosféricas muy adversas, averías graves, etc., sin embargo, en otros momentos no es tan fácil. Cuando el ambiente hostil es creado por el hombre, cables camuflados, antenas, obstáculos alrededor de las bases, etc., por otro lado, cosas tan simples como el lugar de trabajo, horario, lugar de descanso, la actitud de los compañeros, de estos que forman parte de la ecuación, de los que aportan parte del riesgo, la actitud de los jefes y jefecillos, todos estos elementos, solos o combinados entre sí, pueden llevar al piloto a dejar de lado su buen juicio y criterio y afectar a sus decisiones, rozando los límites.

Digamos, que los riesgos asumidos, son, posible e inesperada avería, subsanable o no, desde la cabina de mando, “inesperado” cambio de la situación meteorológica, problema eléctrico, que influye en los instrumentos de navegación o de los sistemas de emergencia, (fuego en el motor, cambios de presiones y temperaturas, de los sistemas, indicación del anemómetro, ninguna indicación de alerta, alarma, emergencia, etc.).

Estos podríamos suponer que son los que pueden asumirse como “normales”.

Como riesgos internos, asumiremos los fallos humanos de la tripulación, errores al aplicar un sistema, falta de pericia en un momento crucial, no haber seguido correctamente un protocolo de operación, hacer uso de la prepotencia que puede dar el cargo, tener prisa y dar por bueno lo que no se ha comprobado, asumir que uno es capaz de hacer esto o aquello, cuando se sabe que no está preparado para ello, el puesto que se ocupe a bordo, exige que aportemos conocimientos, no es el puesto el que nos da los conocimientos, en él los ampliaremos, nada más.

Aunque hay que ver, lo que viene desde fuera y que incide sobremanera en la operación de una aeronave y que condicionará enormemente las actuaciones del piloto.

En una base de incendios, “la jornada de trabajo diaria es de once horas continuadas de actividad ajustándose el inicio y el final de la misma en función del orto y ocaso.

En caso de incendio las empresas licitantes disponen del personal de vuelo y técnicos de mantenimiento necesario para que los helicópteros o aviones, estén operando de orto a ocaso, conforme a las condiciones de horario y seguridad.

¿Se entiende entonces, que para cubrir la operatividad de una aeronave en las catorce horas, que van del orto al ocaso, en algunas fechas del verano, debería, obligatoriamente, que haber dos turnos de tripulantes (o sea, dos Técnicos de Mantenimiento y dos Pilotos, por aeronave? Porque, no hablamos solo de volar, independientemente de que se vuele o no, se está en el trabajo más de siete horas seguidas, lo que sucede es que se ha caído en la trampa de considerar, como el trabajo del piloto, solo, las horas que está en el aire.

Se ha hablado hasta la saciedad, de los riesgos que subyacen detrás de esta especialidad, pero se sigue viendo, un accidente detrás de otro y parece que esto no tiene visos de terminar, por supuesto, hay que ser consciente, de que hay un factor de riesgo inherente, que no puede erradicarse, pero a los que hago alusión, es a los que subyacen detrás de las incompetencias, ignorancias, etc., desde una mesa de despacho a la cabina.

Olvidar la buena práctica y pasar a la teorización, que parece, solo parece, dar más lustre, a lo que uno diga, teorizar en demasía, hace correr el riesgo de apartarnos o no estar en la realidad, la buena práctica es la que hace que se mantenga este equilibrio, que separa del desastre.

Las materias que se estudian para tener el título, se supone son las mismas, no así, las experiencias prácticas, esta es la razón por la que debe darse tanta importancia a la transmisión de los conocimientos y experiencias de la práctica.

Hay una frase del más grande de los maestros que dice: “La manera de sacar partido, cuando uno está en el aire, de las irregularidades del viento, no se aprende más que estando allí” Otto Lilienthal.

¿Cansancio? No hace falta que venga nadie a decirnos que ha llegado el cansancio, el cuerpo avisa, que se está entrando en una situación de vuelo critica.

La teoría nos indica que no puede variarse ni modificarse la trayectoria de un vuelo sin los timones, alerones, etc., ya eso, lo sabemos desde que, Robert Charles A. Esnault – Peltier, en 1907, puso superficies movibles con bisagras, para variar la inclinación de los aviones; pero olvidarse una pinza puesta en un timón o alerón y despegar, es un problema práctico. Y esto surge por las prisas que se le imponen al piloto, sobre todo, en las salidas. Aunque, no olvidemos, que esto, es responsabilidad directa del piloto.

Después de lo complicado que resulta, que un montón de piezas, ordenadas y ensambladas, vuelen y además, de forma segura, aparece alguien que, se responsabiliza, de mantener el orden y la seguridad, mientras todos estos tornillos, chapas y demás, se encuentren en sus manos, el piloto.

Tendrá que tener un título y su licencia en vigor, además de las habilitaciones, correspondientes y reglamentarias, de acuerdo con las bases que establece el Anexo 1 del Convenio de Chicago, para la actividad del personal aeronáutico, con la regulación para la obtención de las licencias que permiten ejercer un trabajo específico en el ámbito aeronáutico. Además de cumplir, actualmente con las JAR que correspondan.

Entiéndase como eslabón muy importante, después de la construcción de una aeronave, la parte operacional, última, en la cadena de seguridad, totalmente, en manos de la tripulación.

¿Qué un piloto solo, puede hacerlo todo? Claro que sí, pero en aviación, la redundancia de observaciones, conocimientos, opiniones, etc., es Seguridad.

El entrenamiento del piloto, en Titulación (conocimiento y comprensión de todas las materias que incluye), en Habilitación (aeronave y complementos anexos a ella), Misión específica o especialidad (HEMS, Agroforestal, Fotogrametría, Aeronaval, etc.). Todo ello forma al piloto, y condiciona su actitud en cabina, en cualquier situación, bien en vuelo placentero o en una emergencia, la reacción y la respuesta será siempre condicionada por su educación a través de los conocimientos y experiencia. Tiene, periódicamente, cursos de refresco, en simulador y en vuelo real, es un continuo curtirse.

Hoy, aparece una situación más grave de lo que pudiera parecer a simple vista, los pilotos aparecen en el escenario operativo, con su título, que se supone encierra los mismos conocimientos, para unos y otros. No así las experiencias prácticas, esta es una razón de peso para no obviar este factor de riesgo, que es la falta de matices prácticos que pueden concurrir en accidentes e incidentes. Hacen falta segundos pilotos en las cabinas de los medios aéreos, independientemente de que posean la habilitación para operar la aeronave, porque, la experiencia en el tipo de trabajo, la irán adquiriendo y esta ha sido siempre válida, para que esto sea posible, la administración, debiera de hacer un esfuerzo, para encontrar un apellido a estas horas de cabina, que puedan permitir volar y aprender, antes eran Pilotos en Prácticas, hoy es, si haces un curso y lo pagas, a lo mejor vuelas.

Se da mucha importancia a los cursos, cursillos, etc., sobre diversas materias, pero este afán por tener un currículo, lleno de palabras que dicen que nos hemos sentado en un aula, para oír, en muchas ocasiones, charlas sobre algo que desconoce o no ha vivido quien pretende enseñarnos, al fin, me temo, que es un nuevo negocio, perteneciente a la nueva arquitectura de los negocios.

Podría ser que, si no pagas no trabajas y esto va proporcionalmente, encaminado a la inseguridad aérea, aprender se aprende, pero en ocasiones, se queda lo principal, en el tintero.

A pesar de los intensos trabajos de planificación, que las administraciones y empresas del ramo llevan a cabo, aun habiendo realizado una perfecta planificación, surgirán problemas tan tontos como los que siguen, que complicarán la vida en la actuación frente a los incendios y que crearán situaciones tensas, muy tensas, porque estamos hablando de momentos de locura, en los que la mente, tiene que estar lo suficientemente fría, como para que parezca, que no se está inmersos en una locura colectiva. Son situaciones de anormalidad, en la que una y otra vez, se actúa con normalidad, a pesar de todos los obstáculos creados por los mismos actuantes.

Rozar los límites, las fronteras de la seguridad, es algo muy grave, que puede derivar en un problema para la seguridad, tanto de los pilotos, como de las brigadas o retenes que transportan, amén de las deficiencias que puedan presentarse, en la misión específica que nos ocupa, apagar incendios forestales.

En ocasiones, parece que no hay consciencia de los riesgos añadidos, que los vuelos contraincendios conllevan.

Todas las situaciones, son altamente estresantes para una tripulación aérea, por motivos obvios. Por tanto, también generadoras de riesgo.

Lo que indudablemente, se pretende, es mejorar el servicio, por ello, se debe, ser críticos ahora y en el futuro, lo que nos llevará, sin duda, a ello, ahora podemos iniciar la mejora o por lo menos, intentarlo, para hacer estas misiones, más llevaderas, menos incómodas, más efectivas y sobretodo, más seguras.

Aunque pequeños, son muchos los puntos que molestan y ocasionan roces, en estos perfectamente elaborados Planes INFO (Incendios Forestales), iremos viéndolos, es como la viruela, no es muy importante, pero sus señales, pueden dejar marcas para toda la vida.

Volar o mejor, llevar un avión, lo hace cualquiera, es muy simple, pero pilotar y responsabilizarse de la seguridad, solo lo puede hacer un piloto, que es el único que tomará la decisión más apropiada a cada situación del vuelo, sobretodo en condiciones complicadas o de emergencia.

En aviación, si es importante, saber lo que hay que hacer, igual o más importante es, saber lo que no hay que hacer.

Todos han llevado a algún, no tripulante, en cabina, también, posiblemente, todos, han tenido un susto por este motivo, dejando aparte, que hay unos mandos en los pies, que seguramente serán presionados en cualquier, inoportuno, momento, una palanca entre las piernas, a la altura de las rodillas, que seguramente recibirá un toque de estas y desequilibrará la estabilidad lateral, y no hablemos de los helicópteros, que además, tienen una palanca, en el lado izquierdo del asiento, donde seguramente será muy cómodo poner la mano izquierda cuando nos cansemos de llevarla colgando del brazo. No hablemos de cuando en un estacionario, por imposibilidad de posarse en el suelo, alguien, al subir o bajar, se sienta en esta palanca, ¿para qué continuar? Dejemos, para no cansar, la cantidad de botoncitos, interruptorcitos, fusiblitos, etc. de itos, que pueden cambiarse de posición en un inapreciable movimiento, por alguien, que no está hecho, ni para el habitáculo, ni para la responsabilidad que encierra el angosto lugar.

Ah, se me había olvidado, he oído, ¿Qué quieren quitar los segundos pilotos en los HEMS (Helicópteros de Emergencias Medicas Sanitarias)? No me lo puedo creer, que les van a impartir, a los que ayudan a los médicos, un cursillo, para que auxilien a los pilotos, ¿auxilien en qué? Creo que es una broma.

También he oído que en las actuaciones en incendios forestales, dicen que van a quitar los segundos pilotos, esperemos, que no los sustituyan por algún sucedáneo, (gulas por angulas) tal vez se inventen un genérico, o …tal vez, nada, en ocasiones, posiblemente, sea mejor, ir solo. Nadie toca lo que no debe y así no se distrae la atención. A lo mejor ponen a alguien para que distraiga al piloto, dándole clases de algo innecesario. Espero que los contratistas de las máquinas que vuelan, no impongan las normas para contratar a un operador. Y que por una vez, los que se supone, son, custodios de los valores de los pilotos, se pongan las pilas y trabajen codo a codo con quienes saben de esta especialidad.

Pensando en todo lo anterior, no entiendo que un piloto, no pueda ir de segundo en un helicóptero de incendios, porque no tiene habilitación de tipo o lo que es lo mismo, que oficialmente conoce al modelo de aeronave y todos sus procedimientos, podríamos decir que está aprendiendo a actuar en los incendios y no a pilotar una determinada aeronave, pero sí, van de operador, que nadie sabe, ni que significa y además no puede anotarse nada, como tripulante de unos vuelos en los que ha estado, no se los puede apuntar, ni como tripulante, ¿es que el comandante, no le deja tocar el palo, ni un solo momento? ¿Tal vez, si no toca el palo, no acumula experiencia?, todo puede ser.

Posiblemente y digo posiblemente, para dejar espacio a cualquier excepción, cualquier piloto, de los que van a ir de “operador”, lo primero que hace, es hacerse con un Manual de Vuelo o una copia de él, e inmediatamente, intenta aprendérselo de memoria, como debe ser, luego, en los tiempos de espera en la base, se sentará en la cabina y ensayará una vez tras otra, el chequeo de cabina, procedimientos de arranque, etc., para qué seguir más, se hará con el piloto, la Inspección pre Vuelo y mucho más.

Digo yo ¿A eso, se le puede llamar experiencia o solo vale como experiencia, si se ha pagado una Habilitación de Tipo?. Porque podría, incluso, pasar un examen teórico de los procedimientos de la aeronave, que no serían costosos, es más, serían gratuitos y luego, ya con tiempo o dinero, se podrían hacer las horas, bien en prácticas, cuando se está actuando y que serían gratuitas o bien, en plan escuela, pagando. Pero para volar en prácticas, no hace falta sangrar a nadie, no sabemos si, el piloto aspirante a un puesto en la cabina, una vez está en la realidad, desea continuar en esta especialidad.

Busquen de una vez, un apellido para estas horas de vuelo que son reales, ah y ahorremos donde se puede ahorrar y no en Seguridad.

Hacen falta segundos pilotos, aunque sea para que mañana tengamos pilotos muy preparados para coger el relevo de los de hoy.

¿No tendrá nada que ver con eso, lo que se aprende en los cursos de negocio? Vamos, tal vez por aquello de “ahorrar en costos” Porque, insisto, estamos hablando de Seguridad y no de otros asuntos.

¡¡Hace falta un segundo!!

¿Hay algún organismo, que sea capaz de ordenar este incipiente desbarajuste? Porque por sí solo, tiene un horizonte muy oscuro.

Podríamos extendernos mucho más, pero la historia no terminaría nunca, por ejemplo y a título de continuación, cuando se hacen reparaciones fuera de la normativa JAR, porque no puede trasladarse la aeronave a un taller autorizado, para no caer en penalización, por exceder el tiempo, en tener la aeronave fuera de servicio y mucho más, como hemos visto, los lapsus que generan inseguridad, están en infinidad de sitios, incluida la economía.

Ya más o menos conocemos con que compañero de viaje se va a andar este camino que se ha elegido, ahora queda por ver, qué vamos a encontrar y qué va a influir en mayor o menor grado.

Independiente, de la severidad del riesgo y de la gestión que de él se haga,

el riesgo, es inaceptable a cualquier nivel.

Según “los expertos”, casi todos los accidentes e incidentes, son causados por un “error Humano” y realmente así es, lo que hay que buscar es, quién es el humano, porque puede ser, que no sea el piloto.

Creo que me están organizando, nuevamente, unas vacaciones… pero volveré

el aviador

miércoles, 27 de agosto de 2014

BURBUJAS - 001

Aviadores Agroforestales

Burbujas del Raciocinio

Desde la Soledad

Cuando hablamos de la Aviación Agroforestal, no hablamos, solo de pilotos, sino que hablamos de Aviadores y este grupo lo forman todos los que engloban el colectivo de los bomberos helitransportados, paracaidistas y los que desde el suelo, esperan la ayuda del compañero que está allá arriba con un balde lleno de agua. Y que es el hilo de la esperanza, cuando las cosas se complican, que es casi siempre.

Su llegada al mundo de los incendios forestales fue…

Un Lear Jet, aterriza, en su interior, viaja su hermano Pepe, del que ha ido de la mano desde que llegó a la Fumigación, que es así como se llamaba, la actual Aviación Agroforestal, en esta ocasión, estaba apagando incendios en las Baleares, ¿qué paso?, como casi siempre, ni se sabe, ni se sabrá, se harán conjeturas, que no servirán para nada y de mucho menos, las que saquen las comisiones oficiales.

image

El Sagrado Corazón de las Ermitas (Córdoba-España)

Faro y señal de regreso al Hogar para muchos de nosotros

Dos días después, regresa finalizada una dura madrugada de trabajo, que empezó, cuando el despertador sonó a las tres del día recién nacido, son casi las once de la mañana, vuelve dormitando en el Land Rover, conducido por su más fiel amigo, el Mecánico, ahora, a descansar hasta mañana, -¡Mira humo, allí en la sierra!- José María, señala con el índice; justo por encima de donde está situada la base de la compañía, una gran columna de humo, destaca en el paisaje, es una zona de mucho arbolado y habitada por casas diseminadas.

image

Aquí fue

¿Qué pasó por su mente?, se reavivaron las escenas de dolor de dos días pasados, el sentimiento, la rabia y posiblemente algo más.

La base está a unos dos kilómetros. -¡Coge la carretera de la base, vamos a ver si hay algún avión disponible para echar agua!-

Todo transcurre a mucha velocidad, como el fuego que amenaza a lo que todavía no ha quemado, efectivamente, hay un avión, está listo para empezar a lanzar agua, es el de Manolo, que hoy no trabajaba, se amontonan, muchas cosas, llamar al gerente de la empresa, para pedir permiso, para utilizar el avión, sí, y un montón de cosas más, pero no hay tiempo para perderlo.

Está cegado, no puede quitarse de la cabeza y de los sentimientos, la imagen del regreso de su hermano, posiblemente, lo que siente es la rabia y su enemigo es el fuego y contra él es la pendencia. Cada descarga le alivia, le va a poder a este enemigo. No es la mejor forma de sofocar un fuego descontrolado, hay que enfriar el cerebro, para funcionar correctamente, pero esto, será, tal vez mañana.

Las maniobras de carga, despegue, ida, descarga y vuelta, se sucedían en pocos minutos, la pared que estaba ardiendo, se encontraba a escaso medio kilómetro de la base, era una vorágine de sentimientos, que hacían desaparecer todo lo demás, el calor, la somnolencia de una madrugada de trabajo, la orden de relajación, que unos momentos antes había ido del cerebro al cuerpo y ahora era revocada, todo pesaba, pero era obviado.

Hay una casa, el fuego está llegando al mismo jardín que la rodea, se ha podido solventar el problema, ya no arderá, tres descargas y listo.

¿Cómo han podido quedar cercados por el fuego?, una loma rodeada por el fuego y con unas veinte personas, tumbadas en el suelo, una parte de este cerco, tiene las llamas muy altas y hay una parte, la opuesta que es un frente muy pequeño, la gente le hace, desesperadamente, señas para que haga una descarga, pero ya lleva el depósito vacío, va a cargar de nuevo y vuelve.

El cerco es tal, que si entra por la parte estrecha, la salida la hará por la parte donde son más altas las llamas, está claro, que debe intentar hacer la descarga en la parte más estrecha, donde las llamas aun no son muy altas y hay posibilidad de abrir una puerta de escape, pero en este caso… la salida presenta lo más virulento y aunque intente salir dando un fuerte viraje, pasará por dentro de las llamas, es imposible sobrevolarlas limpiamente.

¿Lo pensó?, no seguramente que no, pero sí, era consciente de lo que iba a hacer, les abriría la puerta para que salieran, lo demás, vendría después.

Fueron noventa y ocho descargas, bonito día para enmarcar, todos salieron del cerco, incluido él, en la pared quedaron las señales del incendio, ya ha acabado todo, mañana será un simple recuerdo, o tal vez ya es pasado lejano, ahora mismo.

 

Ahora…

Acaba de sonar la alarma, se aparcan deseos, ensoñaciones, pensamientos, conversaciones y las individualidades, acaba de nacer el equipo, a partir de este momento, solo hay un objetivo, la lucha contra el incendio.

Ahora nadie piensa, solo, actúa, tiene que subir a un helicóptero, el entrenamiento, establece la pauta a seguir, hay muchas cosas más que acaban de despertar con el sonido de la alarma. Cada miembro del equipo, tiene un cometido a llevar a cabo y una responsabilidad, que se acaba de disparar en su mente, en este justo momento, mientras la estridencia de la sirena, invade el aire de la base. Es fácil pasar por alto, algo vital, en lo que inconscientemente es secundario, como puede ser subir al helicóptero, obviando algo muy importante, aunque todo lo que viene ahora es importante, hasta lo más nimio.

Han subido, todo está perfectamente estibado, se interrumpen los pensamientos hacía lo que espera, ahora viene un despegue con todas las agravantes, a tope de combustible, cuarenta y tantos grados de temperatura ambiente, rozando el límite por peso, nunca se sabe cuándo habrá que salir, nada está previsto en este menester, aunque hasta lo imprevisto, tiene que estar previsto. Saldrá raspando, la mano izquierda, cede un poco la presión hacia arriba, dejará caer el helicóptero por el barranco que hay enfrente, esto aliviará un poco a la potencia, creerán que el piloto está loco, loco estaría si pretendiera salir por derecho, utilizando la potencia de la que no dispone.

 image

Solventado el primer escollo, ahora a elucubrar sobre lo que se va a encontrar, el piloto se ha girado para ver a estos “pasajeros” sin billete que lleva a bordo, se les ve pensativos, le hacen una señal, acompañada de una sonrisa, indicadora, de que todo va bien, de momento.

Acaba de nacer la camaradería, que nada tiene que ver con amistad, aunque está vaya implícita en ella. Este grupo humano formara un todo, ya no piensan individualmente, han formado un grupo que funcionará al unísono con cada uno por separado, hemos encontrado a una mente maestra que decidirá lo mejor para la labor que van a desempeñar.

Nadie incidirá negativamente en el compañero, porque cada uno conoce el cometido del otro, nadie invadirá el territorio de otro, pero todos incidirán en el mismo punto de apoyo, son cometidos distintos pero con un mismo fin, la excelencia en su labor.

image

En ocasiones, al salir al aire, ya se observa el humo, en otras no se verá, hasta casi llegar, estos primeros minutos de incertidumbre, pensando en lo que se va a encontrar, va elaborando un cambiante plan, que se actualizará, cuando se vea, lo que realmente hay, al final de esta fluctuante información.

image

Humo negro, gris, blanco, diferentes tonalidades de grises, grandes borbotones negros, así se elucubra lo que espera al final de este camino. Esto es lo que vemos mientras nos trasladamos, pero vale de bien poco, la realidad es que solo seremos conscientes de lo que nos espera cuando estemos encima del brasero.

image

Otro dato que se mezcla con las incertidumbres es, qué tipo de terreno, la zona y todos los adyacentes a estos datos, que el Técnico, irá transmitiendo a la Central, aunque esta información irá variando a medida que se acerca la realidad, pero será una información, muy buena, para hacerse una idea de qué medios podrán hacer falta e ir preparándolos.

image

La realidad está ahí, se ha llegado a algo real, ya no caben las dudas de ningún tipo, hay que tomar decisiones y para ello hay que aunar todos los datos de los que se sea capaz de reunir e hilvanar. Una vuelta de reconocimiento, dará opción a adoptar una primera estrategia de ataque, pero para ello hay que ir despejando una ecuación, que no admite errores, la supervivencia del grupo está en juego, pero esto queda ahí, aparcado para dar paso a lo importante, sofocar el incendio, lo demás son pequeñeces que aparecerán después de terminar la labor.

image

Viento, dirección, velocidad, la cabeza, qué hay en la dirección de su teórico avance, zonas habitadas, casas aisladas, entre la arboleda puede haber alguna que no se vea, reuniones de personal, en romerías, fiestas populares, zonas industriales, donde puede haber almacenados, productos inflamables, tóxicos, carreteras con gasolineras, grandes e importantes zonas forestales y un sinfín de detalles, que pueden ser importantísimos y que en ocasiones, pasan de puntillas por delante de los ojos de un neófito, pero no por los del grupo, que los irá clasificando en su cerebro por orden de prioridad.

Se oyen palabras sueltas, van de un lado a otro del saber del grupo y se va formando un esquema, que el Técnico, el Capataz, el Piloto y todos y cada uno de los miembros del grupo, mantendrán en sus mentes en el transcurso de su tarea e irá aflorando, como un bien de capital importancia, a medida que transcurre la labor de extinción.

Combustible que tendrá a su paso, la vegetación influye sobremanera en la velocidad de propagación, todo ello da una idea teórica de qué es lo que va a suceder, cuando llegue a estas distintas zonas de vegetación, ¿creemos saber donde incidir mejor para atajar al enemigo?

image

Zonas rocosas, vegetación muy diseminada y discontinua, cortafuegos, terrenos labrados o agrícolas sin cultivar, ríos, pantanos, etc. Todo ello se convierte en un buen aliado, que nos puede dar un respiro.

Se ha adoptado una primera estrategia de ataque, ahora se procede a la búsqueda, de un lugar adecuado para que el personal pueda bajar, se tendrán en cuenta varios factores para esta elección.

Un vistazo general, localizará un posible primer lugar cerca del fuego, también debe de ser un punto donde el personal, encuentre un escape en caso de emergencia, al personal no se le puede dejar en una zona que pueda convertirse en una trampa, no hay que sacrificar nunca un ápice de seguridad. No sería la primera vez que ocurre un accidente, por intentar bajar en un lugar conflictivo, fabricar situaciones peligrosas, es una temeridad que debe evitarse, la prisa no es nunca buena consejera, pero eso ya lo iremos viendo, es muy difícil en un mundo de “rambitos”, decir que no, pero si está bien fundamentado, en nuestros conocimientos y posibilidades es mejor que un sí.

La aproximación debe ser amplia, controlar todo el entorno de esta aproximación, no es una línea recta al punto, es tener en cuenta todo lo que pueda incidir en esta aproximación al suelo, el viento, su dirección, intensidad, en ocasiones un lugar cercano al elegido en un primer vistazo, incluso menos diáfano, puede ser más adecuado por el viento reinante, hay que tener en cuenta los obstáculos cercanos, arboledas, laderas, que pueden sorprendernos, al comprobar que el viento reinante, no tiene nada que ver con el de la zona elegida para el aterrizaje, los vórtices que se generan en los alrededores del incendio y los rebotes, en las paredes cercanas, pueden hacer ingobernable a un helicóptero, que no olvidemos está al límite de sus prestaciones.

Si el tipo de superficie elegida para la toma es lisa, será ideal, aunque la hierba puede ocultar irregularidades, surcos, tal vez pedregosa, con maleza, arbustos, el depósito ventral, puede dañarse y si lo que se va a utilizar es un bambi, puede suceder que no se pueda colocar por ser inaccesible la barriga de la aeronave. Atención a posibles plásticos, con el viento del rotor pueden ser absorbidos, vallas que no se ven, cañas que pueden dar en el rotor de cola o dañar la superficie del helicóptero, animales sueltos (muy peligrosos). Todo esto y más, podemos encontrar en una superficie, que en la distancia, es aparentemente buena para aterrizar.

Pero, en el cuerpo a cuerpo, nos puede deparar, alguna, desagradable sorpresa.

En el supuesto de que se ha encontrado el lugar adecuado para bajar y estar seguros de que no se nos ha pasado algún obstáculo que pudiera dificultar la entrada y salida del helicóptero. Estos cables, no se habían visto en un primer vistazo, posiblemente, han pasado desapercibidos, porque no se han visto los postes que los sujetan, son cables bajos, casi a ras de las copas de los árboles y sus postes aun siendo de hormigón, no se ven, porque a algún iluminado los pinto de marrón, por aquello del impacto medioambiental, visual.

Los cables que hay frente a nosotros, están muy lejos y no van a dificultar la maniobra de aproximación, aterrizaje y las posibles salidas en una maniobra frustrada. La pared que hay enfrente y los árboles, tampoco van a dificultar la aproximación y el despegue.

Ya está muy claro y sin duda alguna, cual es el lugar, en el que vamos a dejar al personal, esta primera aproximación, va a ser amplia y con mucho tiento, para un último rastreo de cualquier cosa que hubiera podido pasar inadvertida con anterioridad.

Nunca quedarse encerrado en la aproximación, pensar “hombre, no va a darse la mala suerte de…”, prevenir es fácil, improvisar es, en el mejor de los casos, un accidente.

Se ha perdido mucho tiempo, en todo este protocolo mental, porque el silencio ha sido el protagonista de estos escasos cuatro minutos. Solo se oía el silencio.

image    image

Como casi siempre, después de pensar y pensar, hemos llegado los primeros

Y como quien dice, todavía no hemos llegado

Continuaré, después de pensar un poco más, gracias Alejandro, por haberme impulsado a escribir de nuevo, sobre los Incendios Forestales, creo que efectivamente, me quedan cosas por decir… el aviador

viernes, 15 de agosto de 2014

AVIACIÓN AGROFORESTAL – 015

image

30 03 01 00

Operaciones con helibalde

X

 

Desde 1983, se viene utilizando el Bambi Bucket o Helibalde para los helicópteros destinados a las labores de la Lucha contra los Incendios Forestales. Hoy, más de 500 compañías lo usan habitualmente; parte del éxito alcanzado es debido a su eficacia y en grado extremo a su simplicidad de montaje y facilidad de uso.

El Bambi, no requiere una pre instalación especial, aunque, por esta aparente facilidad de colocarlo, no debe caerse en la tentación de relajar la atención en ningún momento.

El Peligro que puede derivar de su manipulación, sigue tres direcciones:

1º- Para el Personal de tierra

2º- Para el mismo helicóptero

3º- Para el propio Bambi o Helibalde

image

30 03 01 01

Conocimientos y normas de instalación del equipo

X

De una mala instalación, pueden desencadenarse graves consecuencias, incluso la rotura de la aeronave y lo que es más grave, daños a las personas.

Por esta simple razón, debe organizarse la instalación de forma que se sigan unos pasos perfectamente establecidos. Una sola persona puede colocarlo, pero lo ideal son tres.

1. Alrededor del helicóptero, solo estarán las tres personas que vayan a colocar el Bambi.

2. Se coloca la bolsa que contiene el Bambi, delante del helicóptero a la vista del piloto.

3. Uno abre la bolsa, los otros dos sacan el Bambi, el que ha abierto la bolsa no la debe soltar bajo ningún concepto, ya que puede ser aspirada por la corriente de aire del rotor principal. Doblará la bolsa y la guardará en el lugar habitual para ello, si es en el maletero, comprobará que ha quedado perfectamente cerrado.

4. Los dos encargados de colocar la argolla o soporte del Bambi en el gancho de carga. Se asegurarán de que los cables de soporte están alineados, que no hay dobleces en ellos y sobre todo, que no hay nudos.

5. Una vez comprobado que todo está bien, se tira de la cabeza para llevarla al lugar de enganche, por tanto, se pasará por debajo del morro hasta llegar al gancho de carga en el centro del helicóptero. En esta maniobra mucho cuidado con las antenas, chapas, drenajes y tornillos que pueblan la parte baja del helicóptero, en todos estos salientes, podemos encontrar muestras de piel y cabellos de todos los que estuvieron debajo del helicóptero sin el debido cuidado e incluso de los que teniendo cuidado, tuvieron algún descuido.

6. La cabeza que se sujeta al gancho, tiene delante y detrás, atención a su colocación. Si el gancho de sujeción es giratorio, no habrá problema alguno en la orientación.

7. Los cables deben quedar tirantes.

8. Una vez sujeto, deberá comprobarse que la sujeción es buena (veremos las pruebas a efectuar antes del despegue en 30 03 01 02.

image

1- Tipos

Hay en el mercado varios tipos de ellos, los encontramos de una especie de lona revestida de caucho, los hay metálicos, también de diferentes formas, cuadrados, redondos, etc

No obstante, cada uno de ellos trae consigo un manual para el usuario, de donde se podrán sacar las características particulares del mismo, tanto en montaje, como en utilización.

Aunque, podemos regirnos, a la hora de la utilización, por unas reglas generales a las que únicamente tendremos que añadir lo específico de cada modelo.

image    image

2- Características

Podemos remitirnos al apartado anterior, como no vamos a hablar de un Bambi o Helibalde en particular, nos remitiremos al Manual del usuario.

Aunque a efectos de enseñanza, nos basaremos en uno de los más utilizados, que es el Bambi Bucket.

3- Sistemas de Sujeción

Está compuesto por la cabeza, que en su parte superior tiene un grillete que se introduce en el gancho de carga del helicóptero. Además, una conducción eléctrica que sale de la cabeza y que se conecta a una toma del helicóptero para suministrar la energía necesaria para hacer actuar al relé del equipo, tanto de suelta de agua, como de adición de retardante.

Tiene dos sistemas de suelta de la cabeza, uno es eléctrico, por medio de un interruptor en cabina, el mismo que se utiliza para el gancho de carga y otro es mecánico, unos se accionan con la mano y otros con el pie.

image    image

-Cabeza

En la parte baja de la cabeza van sujetos los cables o varillas que sostienen al helibalde. En su interior, contiene el relé que acciona el sistema inercial que liberará el cable para soltar el agua y después de la descarga lo recuperará.

-Gancho

El gancho, no es ni más ni menos que el normal gancho baricéntrico de carga de todos los helicópteros. No hay variación, ni nada específico o diferente a tener en cuenta para llevar un helibalde colgado, solamente ser conscientes de que en la actuación, la dimensión hacia abajo del helicóptero se ha incrementado.

-Cables

Los cables de sujeción del Helibalde a la cabeza son muy importantes, por supuesto porque son los que sujetan al Bambi, pero la importancia estriba realmente en que, son uno de los factores que más problemas pueden causarnos en el trabajo.

Hay que poner mucha atención en la colocación, pero además hay que extremar las precauciones a la hora de enganchar la cabeza en el helicóptero, con que se pase la cabeza por dentro de un cable, no se nos va a desplegar el Bambi e incluso puede no actuar el cable inercial, porque, este cable mal colocado, estrangule al de suelta y no lo deje mover, ya que la presión existente en el cable enrollado, no es solamente el de un cable liado a otro, es el del peso del agua que transporta el helibalde.

-Varillas

Existen Bambi que van sujetos, a la cabeza, con varillas y solo llevan un cable, el que actúa de liberador de la carga.

-Conectores Eléctricos

Los conectores eléctricos, son los mismos que los que llevamos para el transporte de cargas con una eslinga, solo hay una variación, una toma de corriente para el sistema específico de suelta de agua y control de retardante.

4- Sistemas Auxiliares

Concretamente para uso de Bambi o Helibalde, solamente existe un equipo auxiliar, el de retardante.

-Depósito Auxiliar para Retardante

Normalmente situado justo por encima del Helibalde, como si fuera un segundo contenedor de agua. La afluencia del producto retardante se controla desde la cabina, donde el piloto tiene total control, sobre la cantidad a mezclar con el agua.

5- Enganche y Conexión

El enganche y conexión del equipo, debe llevarlo a cabo alguien que esté entrenado para ello, aún así, debe inspeccionarse la instalación, una mala instalación, nos hará volver al suelo con toda seguridad, con la consiguiente pérdida de tiempo en el mejor de los casos.

-Extensión

Antes de colocar el grillete de la cabeza del Bambi en el enganche del helicóptero, debe extenderse perfectamente en el suelo, la cabeza, los cables y el helibalde, una vez comprobado su buen estado y que los dos grupos de cables están paralelos y no hay cruce alguno, se procederá al enganche.

image

-Enganche

Antes de enganchar el grillete al gancho de carga, comprobaremos que la cabeza está en su posición correcta, (tiene delante y detrás, excepto como se ha dicho antes, si el gancho baricéntrico, es rotatorio, no habrá problema con la posición del enganche, él solo se orientará en el sentido de la marcha). Comprobado este último punto, se procederá al enganche y se constatará que ha quedado sujeto.

-Conexión Eléctrica

Acto seguido se procederá al ensamblaje de los conectores. El conector eléctrico, tiene un seguro para evitar que con las vibraciones se desconecte en vuelo, en caso de soltar el bambi sin que nadie lo sujete, el conector se rompe.

6- Equipo de Control

El piloto dispone en la cabina, de controles, para actuar, y comprobar el funcionamiento de todos los equipos que lleva instalados en su aeronave, sean fijos o auxiliares, este control puede ser eléctrico o manual.

-Cabina

Concretamente y en lo tocante al uso del Bambi, el piloto dispone en la cabina de, control eléctrico de la actuación del gancho de carga, para suelta de la cabeza que sujeta todo el sistema de helibalde, por tanto para liberar al helicóptero de todo el equipo que va colgando de él, en caso de necesidad.

Interruptor o actuador de descarga del contenido del Bambi.

Todos los actuadores, interruptores, normalmente se encuentran situados en el puño del cíclico.

Los controles de trasvase de retardante, generalmente, suelen estar situados junto a los indicadores y reguladores del producto, que se encuentran ubicados, habitualmente, en la parte superior o lateral del tablero de instrumentos, también en la consola central.

-Suelta del Equipo

La suelta del equipo puede efectuarse desde la cabina de forma eléctrica, mediante un interruptor o pulsador y de forma manual, mediante palanca accionado por la mano o pedal accionado por el pié.

-Eléctrica

Accionando el interruptor de suelta rápida, que abrirá el gancho liberando el grillete y soltando la cabeza.

-Manual

Normalmente tirando de una palanca situada a la izquierda del piloto y que acciona la apertura del gancho de carga, liberando también el grillete del equipo que va colgando.

-Pie

Actúa exactamente igual que el manual, pero se acciona por el piloto, pisando una palanca situada entre los paloniers de control del antipar.

-Lanzamiento de Agua

Se efectúa siempre por medio del equipo eléctrico, accionando un interruptor o pulsador

30 03 01 02

Normas de seguridad y comprobaciones del equipo

X

image

El Bamby se ha desprendido del helicóptero, mientras cae, vemos salir el agua por arriba

image

Alguien se equivocó y en este estado se recuperó

Siempre es muy importante, seguir unas normas de seguridad, una de estas normas es precisamente comprobar el equipo, con ello ahorraremos en malos ratos, disgustos, tiempo perdido, averías y algunas peores cosas.

1- Pruebas antes del Despegue

Los despegues tienen un ritual parecido a la liturgia, en el debemos estar perfectamente concentrados en lo que se está haciendo. Del bien actuar, pueden salir beneficiados quienes confiando en nosotros piden nuestra ayuda, en este quehacer, el tiempo es más que oro, puede ser vida, incluida la nuestra. Tengamos conciencia de lo que estamos haciendo.

-Mecánicas

Comprobar que los controles mecánicos funcionan correctamente.

Indicándole al piloto que efectúe la suelta manual del equipo o lo que es lo mismo, que abra el gancho de carga, observar si esta apertura se efectúa, una vez comprobado el funcionamiento de suelta, volver a enganchar el grillete en el gancho de carga y tirar fuertemente hacia abajo para comprobar que el gancho ha quedado perfectamente cerrado.

-Eléctricas

Comprobar que el sistema eléctrico que controla el funcionamiento de descarga del Bambi actúa satisfactoriamente.

Sujetar el cable que procede del inercial y que mantiene cerrada la descarga y tirando de él, Indicar al piloto que active la liberación del cable, comprobar que se libera y que vuelve a recuperar el cable. Proceder a comprobar también el de suelta del gancho para deshacerse del equipo completo, indicándole al piloto que lo active, luego volver a colocarlo y comprobar que esta perfectamente sujeto.

Las pruebas de instalación, no terminan hasta que el helicóptero está en estacionario y le hacemos una señal de que todo está en orden.

30 03 01 03

Limitaciones de velocidad

X

1- (Remitirse al Manual de Vuelo)

No obstante, es recomendable no sobrepasar los 60 nudos y evitar en lo posible los cambios bruscos de actitud del helicóptero, mantenerse siempre pendiente de los espejos, para ver la actitud del helibalde y poder controlarlo.

30 03 01 04

Peligros en vuelo estacionario

X

 
image

1- Vacío

Nunca situarse encima de personas con el Bambi colgando. En estacionario siempre con el dedo en el gatillo de suelta del gancho, para deshacerse del equipo que se lleva colgando y poder efectuar un aterrizaje de emergencia si surgiera una bajada de potencia o parada de motor.

Tener presente hacia que lado se efectuará el desplazamiento en caso de aterrizaje. Elegir y determinar siempre, para pararse en estacionario, un buen punto de aterrizaje en el costado ideal, de acuerdo con las condiciones atmosféricas del lugar.

ATENCIÓN. Aterrizar con un esquí sobre el Bambi, dependiendo de que parte se pise, es una posibilidad muy alta de vuelco, como mínimo la avería del Bambi, incluso del esquí.

2- Cargado

Reza lo mismo que para el apartado anterior, aunque el peligro se agudiza por el peso adicional.

Tampoco hay un motivo que justifique un estacionario prolongado con el helibalde cargado, excepto en el caso de que surja un problema de descarga, que veremos en el apartado de Emergencias.

Continuaremos… el aviador

sábado, 2 de agosto de 2014

UN ÁTOMO DE LAS HISTORIAS - 22

Continuaron haciendo travesuras, se trataba, de encontrar algo complicado que hacer y vaya si lo encontraban, esta vez, le tocaba al Canal de la Mancha, la salvaguarda de una posible invasión de las islas, a más de uno se le podía poner la piel de gallina de pensar que por el aire se podría invadir a la omnipotente Albión. Pero, no creo que ninguno de los que intentaron cruzar el Canal, tuviera, ni remotamente, una idea negativa, era un reto más que alcanzar. Este es, ni más ni menos que, otro pedazo de Historia, que escribió un hombre bueno.

Louis Bleriot

image

Son las 04:41 horas, el motor Anzani, está en marcha, el Bleriot preparado para acometer el cruce del Canal de la Mancha, su piloto Louis Bleriot, preparado para despegar.

Hubert Latham, también se encontraba en Sangatte, pendiente, de salir para las costas de Dover, pero el sueño pilló al campamento y cuando despertaron, ya era muy tarde, habían perdido la oportunidad.

Louis Bleriot, con la mirada puesta en el mar, volaba ya, rumbo a Inglaterra, la primera parte del vuelo, fue fenomenal, el motor Anzani, funcionaba con regularidad, el buque Escopette, que hacía de escolta, fue adelantado y se encontró en medio del ancho mar, solo, sin barco alguno en que depositar la esperanza, la soledad, seguramente se incremento o agudizó,  se hallaba a diez minutos de la costa inglesa, pero no la tenía a la vista, el viento y la bruma le envolvían, el vuelo empezó a derivar hacia el Norte, de pronto, entre la bruma, vislumbró a tres buques, que parecía, que se dirigían hacia algún puerto, los siguió y se encontró frente a los acantilados de Dover.

image

Bleriot, siguió el gran acantilado, que años más tarde, sería la señal de la cercanía de la vuelta a casa de los aviadores que regresaban a Inglaterra después de sus misiones sobre la Europa continental, en la asquerosa Segunda Guerra Mundial.

image

Supongo, que esta misma alegría y euforia que sentían estos tripulantes, era, en este momento, la que sentía Bleriot, con, por supuesto, las diferencias existentes en la motivación de unas circunstancias y las otras.

En un pequeño valle del acantilado, alguien agitaba una bandera francesa, era su amigo M. Rene Fontaine, periodista, que se había adelantado, para esperarle y marcarle, el lugar idóneo para aterrizar, aunque debido al viento, cada vez que lo intentaba, alguna ráfaga lo elevaba de nuevo, no lo dudó, paró el motor y confió en la suerte, el tren de aterrizaje resulto dañado, también la hélice, pero:

image

“Había cruzado el Canal de la Mancha”

A las 05:18, después de 37 minutos de vuelo, había cruzado los 38 kms, que separan una costa de la otra.

Así escribían aquellos aviadores, era hacer mucho y cacarear lo justo y ni eso… el aviador

miércoles, 25 de junio de 2014

PLAN DE VUELO (009) - (Coast Line)

Tú no estabas entre los divinos tocados por la varita, porque sabían que podías ocupar el lugar reservado a uno de ellos. Puedes darte por satisfecho, les costó tres años de batalla soterrada, conseguir desplazarte de aquella zona y tu satisfacción profesional quedó colmada, pues al fin, no les quedó más remedio que recurrir a las intrigas numericoescalafonariafavoritivas entre compañeros... de una misma profesión.

El viento del desierto, conocido por infinidad de nombres, siroco, la denominación más usual entre nosotros, proviene del Este... y su suerte fue que la dichosa carretera estuviera aproada Este-Oeste, este viento no solo es intenso, además se acompaña de fuertes turbulencias, tornándose extremadamente peligroso, en un aterrizaje, aun siendo favorable la dirección del mismo, el solo hecho de tomar tierra, se puede considerar una proeza.

Este viaje, es uno de los que más han despertado mi curiosidad, tanto aeronáuticamente hablando, como a lo que estrictamente personal se refiere. Por lo misteriosamente que se llevó a cabo el desarrollo del mismo, he intentado analizarlo, pero no hay regla alguna para el análisis, ni elementos de juicio suficientemente claros como para aventurar hipótesis alguna. En un vuelo intenté seguir todos los posibles movimientos que se ha oído habían hecho y más, pero sigue el misterio. A estas alturas, mezclada la realidad con la fantasía y las naturales deformaciones, que en la mente de los propios protagonistas habrá sufrido la realidad, es un absurdo buscar... ¿lógicas explicaciones?.

-Pero podemos intentar comprender algo de lo que pudo ser.

Uno de ellos, después del despegue de la carretera y con el cielo cubierto de nubes, se lanzó hacia arriba y perforó estas hasta situarse por encima de ellas.

-Esto es una temeridad, sus aviones no iban equipados para vuelo instrumental y ellos ni calificados ni entrenados para este tipo de vuelo.

-Ahora no se trata de enjuiciar, sino de exponer unos hechos... tal como dijeron que habían sucedido, así que, deja que siga con las extrañas versiones de cada uno. De esta forma, por encima de las nubes, llegó al Aaiun el primero, con más de una hora de antelación sobre los demás.

-La verdad incontestable es que llegó, pero, ¿cómo?, no llevaba siquiera radio para comunicarse con el destino, estaba lo suficientemente cerca como para pensar que la situación meteorológica sería la misma en el destino y... ¿se metió realmente, dentro de nubes?.

Con una ruta completamente cerrada, sin ayudas a la navegación, con un viento que tira de espaldas y sin otra opción, como puede ser un retroceso o una toma de tierra y en una zona que es completamente llana, sin montañas ni promontorios, lo ideal es, volar lo más pegado al suelo posible, para no perderlo de vista. Pero estando como estaban en el suelo, considero del todo una insensatez, el hecho de haber despegado para continuar, es lo que quita credibilidad al relato.

-Pero, la nube de polvo que produce el viento del desierto, si mal no recuerdo, llega a alcanzar los cinco mil metros, entonces... ¿a qué altura subió?, ¿estás seguro de que lo que vivieron fue un siroco o tal vez fué simplemente una ligera bruma o calima?, por otra parte muy frecuente en la zona.

-Pienso que, tal vez serían nubes, neblina o quizás un poco de arena en suspensión, tal vez se les disparó algo la imaginación, ya es mala suerte tropezarse con el señor del desierto, la primera vez que se vuela por él. Podían ser las reminiscencias de una anterior tormenta de arena.

El comandante, en su versión de los hechos decía que, había tenido que buscar a uno y a otro, que se separaron de él y le tuvieron entretenido buscándolos, por esta razón, llego casi una hora más tarde al destino. Después de darlos por perdidos, aterrizó de nuevo y preguntó a un nativo si había visto u oído algún avión por allí encima, la respuesta fue negativa, despegó de nuevo y ya en el aire se encontró con uno de ellos, juntos llegaron al Aaiun, donde se encontraron con el otro que les había precedido.

No hay que olvidar que de Tan-Tan a Cabo Juby, siguiendo la línea de la costa la duración del vuelo, en una PA-25, puede ser de una hora y quince minutos y al destino final no más allá de treinta y cinco minutos. Después de haber comentado las incidencias con pilotos que presenciaron el final de la aventura, fue, según ellos, un perfecto ejemplo de indisciplina o falta de preparación en los tripulantes.

Después de comandar muchos vuelos en la misma ruta, me resulta difícil apuntar la culpabilidad del comandante, aunque no está exento de parte de ella, precisamente por la responsabilidad que le corresponde. Es muy complicado mantener un vuelo en formación de doce horas con personal no preparado para ello, aunque esta formación no sea cerrada y sí discrecional para ir relajado.

*

...a uno de los puntos, lo he perdido, hace un momento, lo vi a mi derecha... no ha pasado un minuto, ni medio... ¿donde estará?, un viraje a derecha y no lo veo por parte alguna, a la izquierda y tampoco, ¿Dios, dónde estará?, no hay nubes, el día es radiante, hago 360 grados y sigo sin verlo, mi mirada se dirige al agua, cantidad de montoncitos de espuma lo pueblan todo, hay mucho viento, algunas de las crestas de espuma asemejan a un avión posado en el agua, posiblemente no sea así y así no es, pero la mente juega malas pasadas... estoy loco... ¿donde te has metido?, por lento que un avión sea, un error de rumbo o un pequeño despiste, aunque sea de un minuto, puede significar una separación de tres o cuatro kilómetros, distancia más que suficiente para perderse de vista... un fuerte viraje, fruto del cabreo y algo llama mi atención justo detrás de la cola y hacia abajo, ¡Ahí está!, mejor dicho ahí había estado todo este tiempo en que a mí, cada montoncito de espuma me parecía un avión, para no perderme se colocó justo a mi cola y debajo, justo ahí, en el único punto ciego que yo tengo, en mis barridos él hacía lo mismo, no se puede negar que se convirtió en mi sombra. Los minutos que tardé en localizarle o mejor en tropezarme con él, fueron como una eternidad. El vuelo está plagado de pequeñas eternidades o de eternos momentos y este era uno más.

*

-Todavía no entiendo, ¿por qué tomaron tierra en Tan-Tan?, el suelo era hasta su destino, completamente llano y además podían seguir la costa.

-Fue en verdad, un viaje afortunado, porque a trancas y barrancas, llegaron, sin embargo, a no ser porque me consta que han hecho el vuelo, diría... que no lo efectuaron.

Seguiremos con el relato, a ver si sacamos algo en limpio… el aviador

martes, 17 de junio de 2014

Gracias por esperarme

Ya estoy aquí

Pensé que mis vacaciones iban a ser algo anodino, pero cuan equivocado estaba, todavía persiste en mí, el trauma post-vacacional.

Encontré buenos compañeros de viaje, cosa harto difícil, si tenemos en cuenta, que siempre he actuado como un lobo solitario y me es bastante difícil encontrar compañeros de viaje.

De ellos he aprendido a valorar lo que tengo, más que lo que tendré, he aprendido a intensificar al presente y a ignorar el resto. Tal vez ellos no son conscientes de lo que me han transmitido con su actuación.

También he podido ver a compañeros de otros viajes, que se han molestado en hacer el camino para hacerme sentir acompañado, en un viaje alucinante y en una etapa importante de la vida de un amigo, pensé que las vacaciones iban a ser exclusivamente mías, pero, ha sido maravilloso ver que ha sido menos duro que si hubiese ido en solitario, como pensaba que sería. Ha habido tramos, en que era difícil solventar los problemas sin ayuda, no tuve que buscar amigos, ellos me buscaron.

Tuve el inmenso honor de estar acompañado por los diseñadores de estas singulares vacaciones, puedo decir sin equivocarme que fueron diseñadas en exclusiva para mí. Fue todo un privilegio.

Gracias pues a todos, por haberme ayudado, más de lo que vosotros podáis imaginar, me habéis regalado algo que es imposible comprar, un porvenir, ni largo ni corto, simplemente, según la utilidad que yo le dé, vosotros, habéis hecho lo difícil, ahora yo lo aplicaré, según el Señor me dé a entender.

En la tormenta, porque de todo hubo, cuando el hombre empequeñece ante las manifestaciones sobrecogedoras y se da cuenta de su pequeñez, haces de luz surgían de lo más tenebroso, cuando los puentes se hundían, se sentía que era difícil, incluso imposible continuar el camino, sin la ayuda de Dios y cuando sabías que tus plegarias habían sido escuchadas por los lugares más recónditos de este mundo, aparecía la luz, en forma de esperanza.

Gracias pues a todos, los que quitasteis los abrojos del camino y a los que sembrasteis las flores de la esperanza, que eclosionaron en su justo momento.

Tened paciencia y Dadme un poco de tiempo …ignacio