miércoles, 27 de agosto de 2014

BURBUJAS - 001

Aviadores Agroforestales

Burbujas del Raciocinio

Desde la Soledad

Cuando hablamos de la Aviación Agroforestal, no hablamos, solo de pilotos, sino que hablamos de Aviadores y este grupo lo forman todos los que engloban el colectivo de los bomberos helitransportados, paracaidistas y los que desde el suelo, esperan la ayuda del compañero que está allá arriba con un balde lleno de agua. Y que es el hilo de la esperanza, cuando las cosas se complican, que es casi siempre.

Su llegada al mundo de los incendios forestales fue…

Un Lear Jet, aterriza, en su interior, viaja su hermano Pepe, del que ha ido de la mano desde que llegó a la Fumigación, que es así como se llamaba, la actual Aviación Agroforestal, en esta ocasión, estaba apagando incendios en las Baleares, ¿qué paso?, como casi siempre, ni se sabe, ni se sabrá, se harán conjeturas, que no servirán para nada y de mucho menos, las que saquen las comisiones oficiales.

image

El Sagrado Corazón de las Ermitas (Córdoba-España)

Faro y señal de regreso al Hogar para muchos de nosotros

Dos días después, regresa finalizada una dura madrugada de trabajo, que empezó, cuando el despertador sonó a las tres del día recién nacido, son casi las once de la mañana, vuelve dormitando en el Land Rover, conducido por su más fiel amigo, el Mecánico, ahora, a descansar hasta mañana, -¡Mira humo, allí en la sierra!- José María, señala con el índice; justo por encima de donde está situada la base de la compañía, una gran columna de humo, destaca en el paisaje, es una zona de mucho arbolado y habitada por casas diseminadas.

image

Aquí fue

¿Qué pasó por su mente?, se reavivaron las escenas de dolor de dos días pasados, el sentimiento, la rabia y posiblemente algo más.

La base está a unos dos kilómetros. -¡Coge la carretera de la base, vamos a ver si hay algún avión disponible para echar agua!-

Todo transcurre a mucha velocidad, como el fuego que amenaza a lo que todavía no ha quemado, efectivamente, hay un avión, está listo para empezar a lanzar agua, es el de Manolo, que hoy no trabajaba, se amontonan, muchas cosas, llamar al gerente de la empresa, para pedir permiso, para utilizar el avión, sí, y un montón de cosas más, pero no hay tiempo para perderlo.

Está cegado, no puede quitarse de la cabeza y de los sentimientos, la imagen del regreso de su hermano, posiblemente, lo que siente es la rabia y su enemigo es el fuego y contra él es la pendencia. Cada descarga le alivia, le va a poder a este enemigo. No es la mejor forma de sofocar un fuego descontrolado, hay que enfriar el cerebro, para funcionar correctamente, pero esto, será, tal vez mañana.

Las maniobras de carga, despegue, ida, descarga y vuelta, se sucedían en pocos minutos, la pared que estaba ardiendo, se encontraba a escaso medio kilómetro de la base, era una vorágine de sentimientos, que hacían desaparecer todo lo demás, el calor, la somnolencia de una madrugada de trabajo, la orden de relajación, que unos momentos antes había ido del cerebro al cuerpo y ahora era revocada, todo pesaba, pero era obviado.

Hay una casa, el fuego está llegando al mismo jardín que la rodea, se ha podido solventar el problema, ya no arderá, tres descargas y listo.

¿Cómo han podido quedar cercados por el fuego?, una loma rodeada por el fuego y con unas veinte personas, tumbadas en el suelo, una parte de este cerco, tiene las llamas muy altas y hay una parte, la opuesta que es un frente muy pequeño, la gente le hace, desesperadamente, señas para que haga una descarga, pero ya lleva el depósito vacío, va a cargar de nuevo y vuelve.

El cerco es tal, que si entra por la parte estrecha, la salida la hará por la parte donde son más altas las llamas, está claro, que debe intentar hacer la descarga en la parte más estrecha, donde las llamas aun no son muy altas y hay posibilidad de abrir una puerta de escape, pero en este caso… la salida presenta lo más virulento y aunque intente salir dando un fuerte viraje, pasará por dentro de las llamas, es imposible sobrevolarlas limpiamente.

¿Lo pensó?, no seguramente que no, pero sí, era consciente de lo que iba a hacer, les abriría la puerta para que salieran, lo demás, vendría después.

Fueron noventa y ocho descargas, bonito día para enmarcar, todos salieron del cerco, incluido él, en la pared quedaron las señales del incendio, ya ha acabado todo, mañana será un simple recuerdo, o tal vez ya es pasado lejano, ahora mismo.

 

Ahora…

Acaba de sonar la alarma, se aparcan deseos, ensoñaciones, pensamientos, conversaciones y las individualidades, acaba de nacer el equipo, a partir de este momento, solo hay un objetivo, la lucha contra el incendio.

Ahora nadie piensa, solo, actúa, tiene que subir a un helicóptero, el entrenamiento, establece la pauta a seguir, hay muchas cosas más que acaban de despertar con el sonido de la alarma. Cada miembro del equipo, tiene un cometido a llevar a cabo y una responsabilidad, que se acaba de disparar en su mente, en este justo momento, mientras la estridencia de la sirena, invade el aire de la base. Es fácil pasar por alto, algo vital, en lo que inconscientemente es secundario, como puede ser subir al helicóptero, obviando algo muy importante, aunque todo lo que viene ahora es importante, hasta lo más nimio.

Han subido, todo está perfectamente estibado, se interrumpen los pensamientos hacía lo que espera, ahora viene un despegue con todas las agravantes, a tope de combustible, cuarenta y tantos grados de temperatura ambiente, rozando el límite por peso, nunca se sabe cuándo habrá que salir, nada está previsto en este menester, aunque hasta lo imprevisto, tiene que estar previsto. Saldrá raspando, la mano izquierda, cede un poco la presión hacia arriba, dejará caer el helicóptero por el barranco que hay enfrente, esto aliviará un poco a la potencia, creerán que el piloto está loco, loco estaría si pretendiera salir por derecho, utilizando la potencia de la que no dispone.

 image

Solventado el primer escollo, ahora a elucubrar sobre lo que se va a encontrar, el piloto se ha girado para ver a estos “pasajeros” sin billete que lleva a bordo, se les ve pensativos, le hacen una señal, acompañada de una sonrisa, indicadora, de que todo va bien, de momento.

Acaba de nacer la camaradería, que nada tiene que ver con amistad, aunque está vaya implícita en ella. Este grupo humano formara un todo, ya no piensan individualmente, han formado un grupo que funcionará al unísono con cada uno por separado, hemos encontrado a una mente maestra que decidirá lo mejor para la labor que van a desempeñar.

Nadie incidirá negativamente en el compañero, porque cada uno conoce el cometido del otro, nadie invadirá el territorio de otro, pero todos incidirán en el mismo punto de apoyo, son cometidos distintos pero con un mismo fin, la excelencia en su labor.

image

En ocasiones, al salir al aire, ya se observa el humo, en otras no se verá, hasta casi llegar, estos primeros minutos de incertidumbre, pensando en lo que se va a encontrar, va elaborando un cambiante plan, que se actualizará, cuando se vea, lo que realmente hay, al final de esta fluctuante información.

image

Humo negro, gris, blanco, diferentes tonalidades de grises, grandes borbotones negros, así se elucubra lo que espera al final de este camino. Esto es lo que vemos mientras nos trasladamos, pero vale de bien poco, la realidad es que solo seremos conscientes de lo que nos espera cuando estemos encima del brasero.

image

Otro dato que se mezcla con las incertidumbres es, qué tipo de terreno, la zona y todos los adyacentes a estos datos, que el Técnico, irá transmitiendo a la Central, aunque esta información irá variando a medida que se acerca la realidad, pero será una información, muy buena, para hacerse una idea de qué medios podrán hacer falta e ir preparándolos.

image

La realidad está ahí, se ha llegado a algo real, ya no caben las dudas de ningún tipo, hay que tomar decisiones y para ello hay que aunar todos los datos de los que se sea capaz de reunir e hilvanar. Una vuelta de reconocimiento, dará opción a adoptar una primera estrategia de ataque, pero para ello hay que ir despejando una ecuación, que no admite errores, la supervivencia del grupo está en juego, pero esto queda ahí, aparcado para dar paso a lo importante, sofocar el incendio, lo demás son pequeñeces que aparecerán después de terminar la labor.

image

Viento, dirección, velocidad, la cabeza, qué hay en la dirección de su teórico avance, zonas habitadas, casas aisladas, entre la arboleda puede haber alguna que no se vea, reuniones de personal, en romerías, fiestas populares, zonas industriales, donde puede haber almacenados, productos inflamables, tóxicos, carreteras con gasolineras, grandes e importantes zonas forestales y un sinfín de detalles, que pueden ser importantísimos y que en ocasiones, pasan de puntillas por delante de los ojos de un neófito, pero no por los del grupo, que los irá clasificando en su cerebro por orden de prioridad.

Se oyen palabras sueltas, van de un lado a otro del saber del grupo y se va formando un esquema, que el Técnico, el Capataz, el Piloto y todos y cada uno de los miembros del grupo, mantendrán en sus mentes en el transcurso de su tarea e irá aflorando, como un bien de capital importancia, a medida que transcurre la labor de extinción.

Combustible que tendrá a su paso, la vegetación influye sobremanera en la velocidad de propagación, todo ello da una idea teórica de qué es lo que va a suceder, cuando llegue a estas distintas zonas de vegetación, ¿creemos saber donde incidir mejor para atajar al enemigo?

image

Zonas rocosas, vegetación muy diseminada y discontinua, cortafuegos, terrenos labrados o agrícolas sin cultivar, ríos, pantanos, etc. Todo ello se convierte en un buen aliado, que nos puede dar un respiro.

Se ha adoptado una primera estrategia de ataque, ahora se procede a la búsqueda, de un lugar adecuado para que el personal pueda bajar, se tendrán en cuenta varios factores para esta elección.

Un vistazo general, localizará un posible primer lugar cerca del fuego, también debe de ser un punto donde el personal, encuentre un escape en caso de emergencia, al personal no se le puede dejar en una zona que pueda convertirse en una trampa, no hay que sacrificar nunca un ápice de seguridad. No sería la primera vez que ocurre un accidente, por intentar bajar en un lugar conflictivo, fabricar situaciones peligrosas, es una temeridad que debe evitarse, la prisa no es nunca buena consejera, pero eso ya lo iremos viendo, es muy difícil en un mundo de “rambitos”, decir que no, pero si está bien fundamentado, en nuestros conocimientos y posibilidades es mejor que un sí.

La aproximación debe ser amplia, controlar todo el entorno de esta aproximación, no es una línea recta al punto, es tener en cuenta todo lo que pueda incidir en esta aproximación al suelo, el viento, su dirección, intensidad, en ocasiones un lugar cercano al elegido en un primer vistazo, incluso menos diáfano, puede ser más adecuado por el viento reinante, hay que tener en cuenta los obstáculos cercanos, arboledas, laderas, que pueden sorprendernos, al comprobar que el viento reinante, no tiene nada que ver con el de la zona elegida para el aterrizaje, los vórtices que se generan en los alrededores del incendio y los rebotes, en las paredes cercanas, pueden hacer ingobernable a un helicóptero, que no olvidemos está al límite de sus prestaciones.

Si el tipo de superficie elegida para la toma es lisa, será ideal, aunque la hierba puede ocultar irregularidades, surcos, tal vez pedregosa, con maleza, arbustos, el depósito ventral, puede dañarse y si lo que se va a utilizar es un bambi, puede suceder que no se pueda colocar por ser inaccesible la barriga de la aeronave. Atención a posibles plásticos, con el viento del rotor pueden ser absorbidos, vallas que no se ven, cañas que pueden dar en el rotor de cola o dañar la superficie del helicóptero, animales sueltos (muy peligrosos). Todo esto y más, podemos encontrar en una superficie, que en la distancia, es aparentemente buena para aterrizar.

Pero, en el cuerpo a cuerpo, nos puede deparar, alguna, desagradable sorpresa.

En el supuesto de que se ha encontrado el lugar adecuado para bajar y estar seguros de que no se nos ha pasado algún obstáculo que pudiera dificultar la entrada y salida del helicóptero. Estos cables, no se habían visto en un primer vistazo, posiblemente, han pasado desapercibidos, porque no se han visto los postes que los sujetan, son cables bajos, casi a ras de las copas de los árboles y sus postes aun siendo de hormigón, no se ven, porque a algún iluminado los pinto de marrón, por aquello del impacto medioambiental, visual.

Los cables que hay frente a nosotros, están muy lejos y no van a dificultar la maniobra de aproximación, aterrizaje y las posibles salidas en una maniobra frustrada. La pared que hay enfrente y los árboles, tampoco van a dificultar la aproximación y el despegue.

Ya está muy claro y sin duda alguna, cual es el lugar, en el que vamos a dejar al personal, esta primera aproximación, va a ser amplia y con mucho tiento, para un último rastreo de cualquier cosa que hubiera podido pasar inadvertida con anterioridad.

Nunca quedarse encerrado en la aproximación, pensar “hombre, no va a darse la mala suerte de…”, prevenir es fácil, improvisar es, en el mejor de los casos, un accidente.

Se ha perdido mucho tiempo, en todo este protocolo mental, porque el silencio ha sido el protagonista de estos escasos cuatro minutos. Solo se oía el silencio.

image    image

Como casi siempre, después de pensar y pensar, hemos llegado los primeros

Y como quien dice, todavía no hemos llegado

Continuaré, después de pensar un poco más, gracias Alejandro, por haberme impulsado a escribir de nuevo, sobre los Incendios Forestales, creo que efectivamente, me quedan cosas por decir… el aviador

1 comentario:

  1. ¡Ya lo creo que tienes que seguir escribiendo! Me tienes en ascuas esperando tu próximo relato porque, piensa que yo estoy tambien volando cada vez que tu vuelas y, cuando escribes, estás volando.
    ¡Animo Buitre!

    ResponderEliminar