lunes, 16 de abril de 2012

RIESGOS AÑADIDOS - 002/008

 

Tenemos la aeronave y un escenario donde movernos, aplicaremos la Meteorología dada, cumpliremos con los Procedimientos Operacionales y de acuerdo con ellos haremos una “Planificación” de los vuelos y por supuesto respetaremos las medidas de Seguridad e Higiene, un perfecto protocolo.

En cuanto a la Seguridad, independientemente de la capacitación y preparación que se le supone al piloto para desempeñar con seguridad su labor, hay un apartado preventivo que incide sobremanera en lo que es la Seguridad, palabra clave en toda faceta de la aviación y esta, también es, siempre, en afortunado o desafortunado nivel de gestión, potestad del piloto.

La primera condición, para responsabilizarse del vuelo, es disponer de un buen estado físico y dentro de este apartado podemos incorporar también al estado psíquico.

Por supuesto está prohibido hacerse cargo de una aeronave o formar parte de su tripulación, cuando el estado físico o psíquico esta disminuido por cualquier causa.

La fatiga es posiblemente el peor enemigo de esta especialidad. Ella y el estrés son los estados más frecuente de causa de inhibición, por tanto también de bajada de atención y de reflejos y por consiguiente generadores de riesgo. Todo ello es motivo suficiente para que el piloto se plantee no efectuar el vuelo.

Hoy tenemos una aviación con un mayor control, todo está más legalizado, articulado, teorizado, escolarizado, pero no nos engañemos, la gente sigue cayendo porque los pilotos no se hacen ni se especializan con cursos o cursillos, es bueno saber de qué se trata y conocer lo más posible del trabajo que se espera realizar, pero esto solo se aprende definitivamente volando.

El desarrollo de la aviación agrícola ha contado con muchos hombres que, a pesar del alto índice de accidentes, lo empeñaron todo, para que tuviéramos la aviación que hoy tenemos. Los Procedimientos Operacionales, son el resultado de la experiencia de muchos de ellos.

En muchas ocasiones se encontrarán “profesores y expertos” que explicarán lo que no saben, hay que aprender a distinguirlos, porque no olvidemos que quien mejor protege al piloto es él mismo.

La prevención de accidentes requiere una actitud positiva en forma de cambio de mentalidad, se debe llegar al convencimiento de que el piloto consciente y técnico no es menos capaz que el de antaño, donde casi todo se sostenía en su instinto y habilidad manual. Pero tampoco olvidemos que aquellos pilotos fueron los que trajeron al día de hoy las mejoras que tenemos, que no existirían de no haber habido aquellos otros, que a su vez fueron los que aguantaron todos los experimentos que han traído las depuradas técnicas de las que se disfruta hoy. Decía el hombre más sabio del mundo que “ un teórico y práctico es lo ideal, pero ante un teórico y un práctico, me quedo con el práctico”, al fin y al cabo es la base donde se empieza a desarrollar la teoría.

De todas formas, las normas y prácticas de pilotaje y seguridad, deben aplicarse tanto o más en esta actividad que en otra forma de vuelo.

Máquinas y hombres operan cerca de los límites de sus respectivas características, donde los márgenes para el error son mínimos. “No sobrepasar los límites de la máquina ni los del piloto” y si por una imperiosa necesidad hay obligación de traspasarlos, hay que ser muy conscientes de que se está haciendo, si no se está seguro de estar fuera de estos límites, nunca hacer nada, hasta saber a qué lado de la frontera se está.

Defectos o técnicas de pilotaje que en otro tipo de vuelo no tendrían gran importancia, en estas tareas se magnifican y pueden tener serias consecuencias.

…continuamos

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