lunes, 7 de mayo de 2012

RIESGOS AÑADIDOS–005/008

 

Ningún piloto agroforestal, especialmente un principiante, debe nunca aceptar un trabajo que requiera conocimientos, técnicas o procedimientos que él desconozca. Es realmente difícil aceptar que no se cuenta con la capacitación necesaria para realizar un determinado trabajo, pero demuestra ser un buen piloto quien es capaz de reconocerlo.

Sin embargo, mucho más difícil y en algunos casos más doloroso y caro resultará pretender hacerlo sin estar cualificado para ello, como cuando hay que pagar un cultivo arruinado, hacer frente a una penalización, reparar un avión destruido o pasar meses en una cama como consecuencia de la falta de capacitación aludida.

Hay empresas que no pretenden continuar en el mercado labrándose una reputación de calidad y seriedad por muchos años, simplemente esperan, cuanto antes, el mayor beneficio posible, sin reparar en medios para lograrlo. Prestarse a estas maniobras, además de ser un engaño para uno mismo, ocasiona inconvenientes a la profesión en general, que a quienes trabajan decentemente, cuesta años de duro esfuerzo erradicar.

Por todo ello es preciso recordar que un trabajo puede repetirse, una máquina remplazarse, pero que es imposible remplazar una vida. No se engañe a sí mismo quien se crea capaz de desempeñar, sin una buena preparación, un trabajo para el que se requieran preparación, especialización y años de experiencia.

¡No sobrestimar nunca la propia capacidad!

Esto lo leí hace muchos años, no recuerdo donde, lo que sí hice fue anotarlo y lo guarde como una valiosa nota:

“Hace años, un aspirante a piloto agrícola, se presentó a examen para la habilitación. Se trataba de un piloto muy viejo que llevaba años desempeñando la profesión y quería regularizar su situación. Durante las pruebas prácticas hacía los virajes de procedimiento muy amplios. Al hacerle una observación sobre ello los examinadores, dijo:

¿Cómo creen ustedes que he seguido vivo todos estos años?, simplemente trabajando así. Al final lo único que tengo que hacer es repostar unos pocos más de litros de combustible en cada campaña, pero siempre las termino sano y salvo pese a mis años y mi técnica conservadora. A mí, no me interesa lucirme, sino cumplir lo mejor que puedo con mis clientes a los que trabajo hace años. Por eso conservo mi avión lo mejor que puedo y si un trabajo es demasiado para mi capacidad, directamente lo rechazo. Lo único que quiero es obtener mi habilitación para no tener que andar escondiéndome de las autoridades como ustedes. Pueden estar seguros que con habilitación o sin ella, yo siempre sabré hasta donde llega mi capacidad”.

…como la vida misma, seguiremos

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