lunes, 21 de mayo de 2012

UN SEGUNDO A BORDO

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Son varias las circunstancias por las que creo necesario llevar un segundo a bordo en los incendios forestales. Y aún a riesgo de alterar los pensamientos y o criterios establecidos, creo que siempre es positivo para el trabajo a desempeñar. Además de redundar en beneficio de la especialidad. También hay que reconocer que existen circunstancias por las que es complicado llevarlo a cabo.

No es necesario someterse a reflexiones para llegara una conclusión, ni es necesario perderse en retóricas.

¡¡Sí, es necesario un segundo a bordo!!

¿Por qué?

Seguridad para las personas a las que se traslada.

Preparar a nuevos pilotos para el futuro.

Reparto de trabajo en cabina.

Seguridad para el personal.

También podríamos llamarlo tranquilidad, aunque pueda parecer un absurdo, no deja de ser algo importante para las personas a las que trasladamos de un lugar a otro.

Es importante, porque hay una pregunta que se oye a menudo, “¿y si le sucede algo al piloto?”.

Preparar a nuevos pilotos para el futuro.

Creo que es el más importante de los motivos. Un curso no hace a un piloto de incendios, la especialización real solo se consigue volando en los incendios y por supuesto tutelado por un piloto con experiencia. Lo cual no quiere decir que el curso no sea necesario, es importante una buena base teórica, bien enfocada a lo que es la labor de un piloto contraincendios, pero no seamos ilusos, un curso no es suficiente ni capacita para encontrarse con las responsabilidades que conlleva la actuación en un incendio forestal, que influirán no solo en el piloto, también repercutirán en el personal que trabaja en su entorno.

Después de estas dos etapas, un buen curso teórico y una etapa práctica tutelada, el piloto ya estará en condiciones de convertirse en el piloto de incendios que todos esperamos que sea.

Teniendo claro que al aspirante hay que sentarlo en una cabina, nos encontramos con varios matices que condicionan esta posibilidad. Casi todas provienen de las empresas y son de índole económica, argumentos utilizados habitualmente, por ejemplo: “Cuando hayamos hecho una inversión en él, facilitándole una habilitación de tipo y esté entrenado se irá a otra empresa”. Pues efectivamente, ¿Soluciones a esta cuestión?, habrá que preguntarse primero, la razón de que se vaya, y la solución tendrán que buscarla los empresarios, forma parte de sus responsabilidades. Aunque casi siempre se busca en el empleado la falta de “fidelidad”, pienso que la solución está en las empresas y sus compromisos internos, si quieren y se lo proponen, esto no es un problema, aunque sí una buena excusa si no se quiere invertir en el futuro.

Reparto de trabajos en cabina.

No cabe duda de que llevar un segundo a bordo es toda una relajación para el comandante, hay muchas tareas que se pueden delegar y compartir, comunicaciones, disminución de ángulos de visión nula, vigilancia de distintos parámetros, actuar en los mandos en momentos puntuales y sobretodo que cuatro ojos ven más que dos entre un montón más de etcéteras.

Claro que yo les pediría a los veteranos o experimentados, como se les quiera llamar, que si están seguros de su experiencia, dejen a estos segundos tocar el palo, que también lo necesitan para acumular experiencia, por supuesto además de enterarse de por qué se toman una serie de decisiones y por qué se actúa de una u otra forma en diferentes ocasiones y situaciones.

Pero si lo vamos a sentar en la cabina, debe ser con todas las condiciones legales que atañen a un tripulante de vuelo, derechos y responsabilidades. Por tanto, imprescindible la habilitación de tipo de la aeronave que van a volar, de esta forma, podrá incluirse en el currículo la experiencia adquirida.

Hasta ahora hemos visto pilotos en incendios actuando de ¿no sé qué?, pilotos que han adquirido una gran experiencia en la especialidad de incendios forestales, convirtiéndose en muy buenos especialistas, pero “siendo nada oficialmente”, porque no volaron como pilotos al no tener la habilitación. Claro que, esto encierra una lectura que puede ser que sea simplemente una elucubración, la única que sabe de la experiencia real de estos pilotos es la empresa que los ha tenido contratados, pero nadie más los conoce ni por referencias, esta situación convierte en prácticamente imposible la marcha de estos pilotos a la plantilla de otra empresa donde le pudieran tratar como a uno más y no como a uno menos.

Quizás hubiera que pensar en cambiar algunas normas, tal vez buscar la fórmula para que las empresas no tengan que dar un curso completo de la aeronave y sí uno que capacite a estos segundos para actuar como tripulantes reales y no fantasmagóricos, y si acaso no se puede, quiere o apetece hacerles un curso, posiblemente con imaginación, los que piensan, puedan encontrar un apellido aeronáutico a estas horas de vuelo, para que de una vez por todas, quede reflejado en algún papel, que estos pilotos son expertos en labores de extinción de incendios, es un hecho que existen, no miremos para otro lado.

Creo que ya se hace necesaria e inaplazable la posición de un segundo a bordo y la puesta en valor de estos pilotos, que se quieren ganar y ganan, aunque sea a la sombra, un puesto de comandante que se tienen merecido.

Ignacio Ribas i Solé

Aviador nº 18 / 2.003

Otro día hablaremos más del tema, hay muuuucho que hablar…….

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